Por: Roberto Morales Estrella
Economía e Innovación
En medio de un contexto internacional peligrosamente complejo, donde se identifica a los señores de la guerra como los principales protagonistas de los flujos de mercado y de las armas, los Estados Unidos presionan a todas las naciones para vencer al terrorismo islámico.
Las economías latinoamericanas y en específico la mexicana, no están exentas de la dinámica internacional, por ello toma relevancia la expresión de Alicia Bárcena Secretaria Ejecutiva de la (CEPAL) “hay que descolonizar la política de desarrollo” encarar la coyuntura y sus contundentes restricciones que oscurecen ver el fondo de la realidad, como la inversión extrajera directa que si no genera derramas tecnológicas y transferencia de conocimientos, no beneficia a las naciones receptoras que se endeudan sin crecer.
La deuda externa podría fomentar el crecimiento si se mantiene a nivel razonable y transfiere conocimientos; de lo contrario se convierte en obstáculo, según el planteamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), la situación nacional empeora en dos puntos críticos: cuando el aumento de la deuda lo desacelera y cuando su contribución al crecimiento es negativa.
La deuda externa en México se ha duplicado en 6 años, según el World Economic Outlook pasó de 171.4 mil millones de dólares a fines del 2006 a 445 mil millones de dólares en el 2013, representando el 45.3% del PIB en el 2014, Si bien todavía es manejable, también es cierto que la tasa de crecimiento ha venido ajustándose a la baja, lo que muestra una relación inversa, la deuda crece y el crecimiento baja.
El motor del crecimiento económico es la inversión, su fundamento, antes que la inversión extrajera directa y otros mecanismos de endeudamiento, es el ahorro el cual depende del ingreso de las familias y de las empresas.
Hemos visto que el ingreso real de las familias ha disminuido, tanto por anteriores endeudamientos hipotecarios y los créditos al consumo mediante las tarjetas de crédito, ambos con intereses elevados; sin dejar de considerar las obligaciones fiscales que a nivel de empresas son inadecuadas porque pagan lo mismo las grandes que las pymes.
A falta de ahorro se recurre a la inversión a través del endeudamiento, aceptándolo sin una estrategia que favorezca al crecimiento de la economía, solo salen beneficiados los inversionistas sobretodo extranjeros, que protegen su participación en los mercados con los derechos de propiedad intelectual, que los hace mas competitivos. Financieramente hablando, estamos en una etapa de severidad económica como nunca antes, el caso de Grecia lo evidencia.
Pero no solo estamos endeudados a nivel de país con el extranjero, sino también las entidades federativas, que a septiembre de este 2015, alcanza el monto de 515 mil 758 millones de pesos. En cuanto a los municipios, la deuda total bajó cerca de 7 mil millones de pesos, el 54 porciento de la misma se concentra en los municipios de Jalisco, México, Nuevo León, Baja California y Sonora.
El crecimiento del endeudamiento en las entidades federativas, registra un problema común como es la inexistencia de un sistema de pensiones para trabajadores estatales y de universidades, aunque también se evidencia una falta de cultura financiera, transparencia y seguimiento, claro también la corrupción ha sido un elemento de consideración.
Relacionando la deuda con el PIB de cada entidad se observa que de 1995 a septiembre del 2015, Chihuahua registro el mayor impacto, al pasar del 1.8 a 8.4 porciento, Quintana Roo del 2.7 al 8.3 porciento, Coahuila del 1.4 al 6.5 porciento, Hidalgo incrementó su deuda de 0.1 a 2.0 porciento lo que pone en alerta su trayectoria de financiamiento y de manejo de recursos.
México esta ante la disyuntiva de continuar por una ruta basada en el liberalismo económico aumentando su endeudamiento y favoreciendo a la gran empresa global o bien retomar una democracia basada en la educación y el conocimiento, como vertientes fundamentales; la principal arma para enfrentar los desafíos económicos en todos los mercados, es la generación de conocimiento y la investigación aplicada sin faltar la investigación básica, no basar el futuro de nuestra economía en esos elementos sería un armisticio económico, con las consecuencias de más pobreza y más violencia. ¿No lo cree usted?