El debate de crecimiento de la economía nacional, obliga a reflexionar sobre un Mapa de Ruta de la misma, hacia dónde vamos, ¿nos dirigimos hacia una economía social, sin sustento científico y tecnológico? Lo que implicaría profundizar los rezagos en productividad en el mediano plazo, o ¿regresamos a una economía piramidal? donde unos pocos son los beneficiados, con una criminalidad aún más creciente, donde la delincuencia y las trasnacionales seguirán disputándose el control de los mercados, apropiándose los beneficios que generen la población trabajadora, ahondándose aún más la desigualdad y la pobreza, avivando más el rencor de los marginados y desprotegidos, la migración es un botón de muestra.
En el caso de México el presente régimen arriba a una economía desmantelada y dependiente, dominada por las trasnacionales en sus actividades estratégicas como alimentos y energéticos, con la carga de un profundo rezago tecnológico y la bajísima productividad en las pymes.
¿Cuál es el modelo económico y social que se requiere para superar los rezagos y la pobreza? Las dictaduras monárquicas, como el comunismo, el fascismo y el capitalismo liberal y neoliberal, han fracasado en todo el mundo, son miles de años que la humanidad ha vivido bajo regímenes opresores, que les han otorgando a sus gobernados pocos derechos humanos y políticos, pocas oportunidades económicas, y pocas libertades personales, restringiendo y criminalizando los movimientos sociales.
La tecnología es ya un ingrediente fundamental en todos los procesos sociales, políticos y sobretodo económicos, la Inteligencia Artificial es de aplicación transversal en la convergencia de la Nanotecnología, la Biotecnología, la Infotecnología y la Cognotecnología (NBIC) marcando una tendencia inusitada en los mercados laborales.
La revolución de la Inteligencia Artificial como de los aprendizajes automáticos y profundos, no solo están impactando en los tipos de trabajo desde la producción a su comercialización, sino que incluso pueden superar a los humanos en la llamada intuición, que los humanos aplicamos para tomar decisiones, dado que en realidad la intuición es reconocimiento de patrones. La sinapsis humana no es perfecta se basa en el ensayo-error, pero los algoritmos de la Inteligencia artificial son más precisos y más rápidos, se potencializan con dos capacidades no humanas, como son la conectividad y la capacidad de actualización.
Yuval Noah Harari describe, dado que “los humanos somos individuos, es difícil conectarnos entre nosotros, para garantizar que todos nos mantengamos actualizados, pero los ordenadores no son individuos, resultando fácil integrarlos en una red flexible”, de ahí que la sustitución de los humanos en las diversas actividades, no sea por una maquina o un robot individual, sino por una red integrada de millones de ordenadores y de robots, que ya los empezamos encontrar hasta en la sopa.
Este panorama plantea la imperiosa necesidad de valorar los distintos escenarios de los mercados laborales, por un lado el desplazamiento progresivo de humanos por la automatización de las actividades productivas y sociales, y por otra la apertura de puestos de trabajo con requerimientos de conocimientos y habilidades, que no se desarrollan en las instituciones educativas, pero además de poca duración, por que en breve tiempo serán realizadas por los nuevos desarrollos tecnológicos.
Por un lado la tecnología hará más eficientes múltiples actividades y servicios que ayudarán a los humanos a mejorar su bienestar, por ejemplo enjambres de microdispositivos atacando el cáncer en sus etapas tempranas, aliviando el dolor de una herida o incluso almacenando datos críticos de forma encriptada y difícil de hackear.
La responsabilidad de un régimen gubernamental, no debe circunscribirse al periodo que le corresponda gobernar, sino también se debe pensar en el futuro, poco se avanzará si en el nuevo plan nacional de desarrollo y en los criterios de política económica no se incluye un mapa de ruta que perfile el futuro desde la probabilidad, para que la incertidumbre no nos llene de sorpresas que no se puedan controlar, a la par de los objetivos sociales los objetivos de una transformación de la educación superior, hacia el desarrollo y formación de la creatividad exponencial y disruptiva, como capacidades centrales para que las nuevas generaciones enfrenten la complejidad de los nuevos mercados laborales. Solo así, ¿no lo cree usted?