Este lunes, en México, regresaron a clases alrededor de 365 mil estudiantes de educación media superior, licenciatura y posgrado en la UNAM y más de 426 mil estudiantes en los mismos niveles del IPN para dar inicio al ciclo escolar 2020-1. Estos números son alarmantes ya que representan únicamente una proporción muy por debajo del número total de jóvenes que estarían en edad de realizar dichos estudios.
De acuerdo con cifras de la OCDE, en 2016, el 53 por ciento de adultos jóvenes de entre 25 a 34 años sólo contaba con educación por debajo de la media superior y 63 por ciento en el caso de personas de entre 25 y 64 años. El porcentaje de mexicanos que no ha cursado la educación media superior es mucho mayor al promedio de los países de la OCDE que es de 22 por ciento para personas de entre 25 y 64 años y de 16 por ciento para personas de 25 a 34 años.
México es un país cuya fuerza laboral tradicionalmente se ha concentrado en la industria de la manufactura y que ha sido relativamente exitoso en atraer inversión extranjera que busca minimizar gastos de producción, por ejemplo, en mano de obra. Hoy estamos frente a un fenómeno que los economistas llaman “Industria 4.0” y que requiere que países como México presten mucha atención a la estructura de esta fuerza laboral.
Son cuatro tendencias tecnológicas que impulsan la Industria 4.0: el aumento en el volumen de datos y la capacidad computacional, el crecimiento de las capacidades analíticas y de inteligencia empresarial, las mejoras en las interacciones hombre-máquina y una mayor capacidad para transmitir instrucciones digitales al mundo físico. Cada una de estas tendencias está cambiando drásticamente la forma de producción al grado que se está considerando que la Industria 4.0 pueda ser hasta más importante que la misma Revolución Industrial.
Para que México pueda adaptarse a la Industria 4.0 resulta necesario desarrollar capacidades de innovación y formar capital humano altamente calificado en áreas como ciencias de la computación, ingeniería mecánica, electrónica, automatización, física, matemáticas y estadística; áreas que están altamente relacionados con este fenómeno. Algunos avances se han ido logrando, por ejemplo, en 2015 más de 987 mil estudiantes a nivel licenciatura se inscribieron en programas relacionados con las ingenierías. Además, se han establecido programas de investigación en áreas como la robótica, el análisis del “big data”, aprendizaje automático y reconocimiento de patrones, como por ejemplo el Laboratorio Nacional de Fabricación Aditiva, Digitalización 3D y Tomografía Computarizada (Madit) de la UNAM.
Mientras la tecnología avance a pasos agigantados, países como México tendrán que desarrollar estrategias para mejorar su competitividad y no quedar rezagados con una fuerza laboral poco calificada para las nuevas demandas del mercado, lo que sólo traerá aumento en el desempleo, desigualdad social y a una desindustrialización prematura.
Fuente:
ContraReplica. (s.f.). Educación en la Industria 4.0. Recuperado 8 agosto, 2019, de https://www.contrareplica.mx/nota-Educacion-en-la-Industria-4-02019782