El calzado de plástico contamina las playas de todo el mundo, pero este proyecto los convierte en piezas de arte y joyería. Hace casi 20 años, una artesana en Kenya llamada Julie Church se dió cuenta de la gran cantidad de basura que llegaba a la playa de la isla Kiwayuu, cientos de sandalias de plástico llegaban a la costa creando gradualmente un desastre ambiental para el ecosistema marino y las comunidades locales. Un día, Church vió como un grupo de niños utilizaba el plástico de este calzado para fabricar juguetes, y la inspiro a fundar Ocean Sole, una empresa que transforma este material en coloridos productos.
La empresa apoyó a la comunidad de Kiwayuu para vender sus primeros productos en Naoribi, la capital del país, en el año 20oo. Los primeros productos eran juguetes para niños y algunas piezas de joyería como pulseras y collares. Desde entonces, la empresa comenzó a ser conocida en todo el mundo llegando a crear obras de arte monumentales que han sido vendidas y expuestas en ciudades como Roma, Londres, Nueva York, Amsterdam entre otros.
Tan sólo en el año 2013, se reciclaron cerca de 50 toneladas de sandalias recogidas de la costa. Actualmente, Ocean Sole trabaja con la UNESCO, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP) para enfocarse en el emprendimiento y apoyar a la comunidad local de Kenia con programas de reciclaje, además de buscar nuevos distribuidores globales para llevar este mensaje de concientización, reciclaje y reutilización a más partes del mundo.
Fuente: GreenScreen
Fuente: Eduardo Berrueco