Economía e Innovación
Por: Roberto Morales Estrella
México dista de ser un país desarrollado, nunca lo ha sido, la pregunta es ¿lo será algún dia? ¿cuál es la ruta a seguir? Seguramente ninguna de las que ha seguido, por que la desigualdad y la pobreza siguen creciendo, Albert Einstein, expresó que para llegar a una sociedad con bienestar, abría que poner freno a la formación de oligarquías económicas, para ello es necesario sustentar la economía, en un sistema educativo orientado a fines sociales.
El modelo económico que se ha seguido hasta ahora, denota de origen, la desigualdad como patrón y a la gran empresa como motor, los sectores marginados son atendidos con programas asistencialistas (prospera y proagro), no han sido capaces de detener el incremento de 2.5 millones de pobres, a pesar de 90 reformas a 51 artículos constitucionales y las 13 reformas estructurales, que según el Presidente Peña Nieto “constituyen una nueva plataforma para el crecimiento y el desarrollo sostenido del país”
En su tercer informe no hizo mención al incremento de pobres, ni a la desigualdad que prevalece, informó de los incrementos, pero no de lo que hace falta, se habló de cumplir, sin cumplir.
En materia educativa se informa que la cobertura se incrementó en 8.6 en Educación Media Superior y 34.1 porciento en la de nivel Superior, pero no mencionó que de los 29.7 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, el 60 porciento o sea 18 millones de jóvenes, no están matriculados y se enfrentan a una realidad de subempleo con estudios truncados, el efecto social, 9 de cada 10 delincuentes son jóvenes; el desempleo crece a una tasa de 4.7 porciento y el subempleo al 8.7 porciento, ambas representan pocas posibilidades de desarrollo para el país y de superación personal para los mexicanos, sobre todo para los jóvenes.
El gasto en Investigación Científica y Desarrollo experimental o sea I+D, ha crecido 32.7 porciento respecto a 2012, en ese año representaba el 0.41 porciento del PIB mientras que en el 2014 respresenta el 0.51 porciento, con la promesa de que suba al 1 porciento en el 2018; cuando las naciones desarrolladas invierten en promedio el 3 porciento de su PIB; mientras tanto nuestra balanza tecnológica registra déficit del 4 porciento del PIB, déficit que seguramente se incrementará al llegar las empresas petroleras globales, que venderán y no compartirán su tecnología con PEMEX, hoy Empresa Productiva de Estado, pero sin tecnología. ¿dónde está el avance?
Se menciona que el número de integrantes del Sistema Nacional de Investigadores ha crecido más de 4700, pero de que le sirve al desarrollo tecnológico del país, que haya más de 21 mil académicos, pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores, si solo el 2.6 porciento de las solicitudes de patentes, registradas en el Instituto Mexicano de Protección Industrial (IMPI), son generadas por los centros de Investigación, como por las Universidades, de un total de 20 mil 924 solicitudes, de las cuales el 83 porciento son presentadas por extranjeros, lo que evidencia el rezago tecnológico nacional, dado que nuestros investigadores no realizan investigación aplicada, solo artículos indexados y ponencias para congresos. Las empresas mexicanas, sobre todo las pymes, requieren del soporte de I+D de nuestros investigadores, luego entonces ¿cuál avance?
En el apartado de “México Próspero” el informe nos presenta, que para elevar el nivel de vida de millones de personas es a partir del desarrollo institucional y el crecimiento económico sostenido; para ello se establecieron dos objetivos de política económica la estabilidad y el crecimiento, dice el informe, que la economía está creciendo al 2.4 porciento y si se quitan las actividades petroleras, el crecimiento es del 3.2 Porciento, la realidad es que la tasa anualizada en el 2015 es a duras penas del 2 porciento.
Ante el complejo panorama externo como el deterioro y el rezago interno, la administración de Peña Nieto eligió como estratégia, reducir el gasto público, dijo “el gobierno tiene que apretarse el cinturón”, el gastar menos y mejor, se traducirá en menos gasto social, que debe interpretarse como menores recursos presupestales para la sociedad, es decir más pobreza. ¿No lo cree usted?