Para los efectos de esta reflexión, por economía Corporativa Trasnacional, nos referimos a la economía que tiene como principios: la privatizacion de los medios de producción, la apropiación del flujo de conocimientos a través de la Propiedad Industrial e Intelectual, al libre mercado que deriva en la formación de oligopolios y monopolios, la disminución de la intervención del Estado como regulador, dejándole la función de abastecimiento de servicios públicos, y garantizar que la inversión privada, sobre todo la extrajera, esté por encima del interés social, siempre a favor de las empresas; reducción al mínimo, incluso la desaparacion del gasto social, no a la educación ni salud pública; ésta economía se sustenta en la valorización del capital por el capital mismo y no por el conocimiento materializado por el trabajo.
¿Existe esta economía? pues es la que estamos viviendo el 90% de la población mundial, ¿quién domina la investigación, producción, distribución de fármacos y vacunas? ¿acaso alguna organización de carácter publico? Claro que no, 6 de las mas grandes trasnacionales como Johson & Johson, Pfizer, Moderna, Biontech, Novavax, y Astrazeneca, involucradas en la generación de la vacuna contra el COVID, su valor bursatil en marzo, era de 627 mil mdd, a la fecha se incrementó a 726 mil mdd, equivalente al 115%, frente al desplome de la mayoría de las economías. En México estamos a merced de los grandes monopolios, ¿por qué? Porque en nuestro país no hacemos investigación farmacéutica.
En materia de alimentos son 10 empresas trasnacionales que dominan el mercado global: Mondelez International, Mars, Nestle (sí, la que dijo que el agua no tiene porque ser un derecho humano), Unilever, Danone, General Mills, Associated British, Coca Cola y Pepsico, ocupan conjuntemente a mas de mil millones de personas, tienen un gran impacto en los hábitos alimenticios.
De las 10 principales empresas que dominan el mercado Mexicano de alimentos 3 son mexicanas, Bimbo, Sigma y Lala, las otras 7 son trasnacionales: Nestle, Danone, Kellogs, Unilever, Coca Cola, Pepsico y Alsea que maneja la representación de Starbucks, Burger King, Chilis, entre otras marcas trasnacionales. Cabe mencionar que el tequila y la cerveza dejaron de ser empresas mexicanas, hacia alla va el mezcal y el aguacate.
Hay suficiente comida en el mundo, para alimentar a los 7 mil millones de personas que habitamos el planeta, sin embargo 690 millones de esa población se acuestan con hambre todas las noches, padecen de manera crónica la falta de alimentos, Según declaró el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, que fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz 2020.
En México el 23% de la población equivalente a 27 millones de personas, vive en pobreza alimentaria, de los cuales 3 millones 375 mil mexicanos padecen desnutrición crónica. ¿Porque? Porque México padece una dependencia alimentaria externa, para ofrecer a precios accesibles al consumo interno, por ejemplo en 1985, importabamos el 17.8% de maíz y para 2019 estas importaciones ascendieron al 37.9%; en trigo pasamos del 9% al 66.4%; del 27.2% al 83% en arroz, y en soya las compras del exterior pasaron del 61% al 97%, esto como botón de muestra.
La exacerbación de las ganacias como principal motivo de lo que aquí denominamos economía corporativa, se intensifica en el proceso pandémico, en consecuencia se incentiva la digitalización de las actividades productivas impactando al sector agroalimentario, perfilándose los que se disputarán los mercados y las tierras, acelerandose también el despojo, que deriva en la profundización del terricidio del campo mexicano.
Las empresas que están integrándose en cadenas de valor son Microsoft, John Deere, Cargil, ADM, Cofco, Dreyfus, Walmart, FlipKart, Carrefur, Google, Monsanto-Bayer, Monoprix y Amazon, las cuales, mediante el desarrollo de plataformas tecnológicas, están digitalizando y automatizando la producción y distribución de los productos del campo, será una agricultura sin agricultores; mientras que millones de campesinos temporales y trabajadores informales, serán desplazados por no contar con los nuevos conocimientos y habilidades suficientes para ocupar los puestos de trabajo que llegaran abrise. Se reproducirá nuevamente la pobreza y desigualdad, como resultado de esta prevaleciente economía corporativa ¿Como evitarlo? solo con una economía social, de la cual hablarémos en la siguiente entrega.