Por: Roberto Morales Estrella
El año 2020 termina ¿que nos traerá el 2021?, la situación de crisis es multifactorial, más de 122 mil decesos, al momento de escribir estas líneas, y seguirán incrementándose hasta que las vacunas detengan los contagios, la vacunación ya inicio, pero sus resultados no se verán de forma inmediata, mientras tanto la economía no acaba de arrancar, por el incremento de los contagios.
La crisis sanitaria-económica, ha llevado al mundo en general y a México en particular a una profunda recesión, cuyos efectos supera con creces a las crisis de los últimos años, dado que las condiciones que prevalecen son de alta vulnerabilidad, tanto por el dominio de las trasnacionales en los sectores más dinámicos, como por la gran desigualdad crónica y sus efectos perniciosos en la población, como pobreza y marginalidad desde la década de los años 40s, donde el 10% de la población más rica concentraba más del 80% del ingreso nacional y el 90% restante solo tenía acceso al 10%; para 2014 el 10% más rico tenía acceso al 70% de la riqueza nacional, pero la diferencia era que el número de millonarios se incrementó en 33% entre 2007-2012, además de que el volumen de riqueza de 33 familias aumentó de 25 mil mdd en 1996 a 140 mil 400 mdd en marzo del 2020, a pesar de que perdieron 33 mil mdd por la pandemia. La desigualdad en México a lo largo de nuestra historia muestra una tendencia incremental, lo cual hay que revertir.
El modelo económico basado en un crecimiento sin fin, ha traído como consecuencia desigualdad y pobreza, frente a la insultante concentración de la riqueza, como la depredación de los recursos naturales; pretender reactivar la economía, con base a un crecimiento infinito, es totalmente utópico y socialmente injusto. En 1972 investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, por encargo del Club de Roma realizaron un estudio, a partir de la pregunta ¿puede el crecimiento económico material continuar indefinidamente en un planeta con recursos naturales finitos?
Los resultados a los que llegaron, hoy son una realidad, dado que tanto el agotamiento de recursos como el cambio climático, están derivando en un probable colapso de proporciones incontrolables, poniendo en riesgo la existencia de la humanidad.
De ahí la imperiosa necesidad de diseñar y aplicar un modelo económico que tenga como centro al ser humano y sus relación sostenible con el medio ambiente y los recursos naturales, construir un Estado de Bienestar, como el modelo de Sociedad 5.0 que ha planteado Japón, o los elementos de la economía social de Jose Luis Coraggio, modelo que superando el canibalismo económico del neoliberalismo, se sitúa en la solidaridad social y económica, que converge con el concepto de la OIT de un trabajo decente y un salario digno. Un avance en esa ruta es el 15% de incremento al salario mínimo en México; las posturas contrarias a este incremento, no son más que reediciones contrarias a la justicia social, a pesar de que ha evidenciado que los incrementos salariales no son desestabilizadores de la economía.
Gaspar Nuñez y José Antonio Romero, investigadores del Colegio de México, proponen la aplicación de un modelo económico dinámico recursivo de equilibrio general aplicado (MEGA), parte de la consideración del nacionalismo, identificado como el elemento aglutinamente del desarrollo, frente al predominio de las trasnacionales en sectores estratégicos, sí a la Inversión Extrajera Directa, siempre y cuando esté regulada, genere derramas tecnológicas y transferencia de conocimientos; otro aspecto fundamental es el fortalecimiento de un Estado-gobierno desarrollador, responsable de la rectoría de la economía, con políticas activas en lo financiero, fomentando el ahorro, pero sobre todo una política educativa, científica y tecnológica, articulada a los procesos productivos, siendo el soporte de las mipymes.
En cuanto mayor sea el nivel del desarrollo económico, mayor es la demanda de investigación, desarrollo tecnológico y de capital humano de alto desempeño, cuya responsabilidad es de las instituciones de educación superior públicas.
La política social que se está aplicando a partir de la 4ªT, requiere de un modelo económico, donde la investigación la ciencia y la tecnología sean imprescindibles.