A las grandes empresas y a los políticos los recursos, pero a los pequeños productores y a la sociedad marginada, los discursos; dicen algunos lideres campesinos; si hay desigualdad en el país es por que los recursos se distribuyen de manera desigual, es el resultado de un modelo económico y una política económica que antepone la macro estabilidad ante el bienestar de la población.
Según el Global Wealt Report de Credit Suisse, el 10% de los más ricos en México concentra el 64.4% del total de la riqueza del país, o sea que el 90% de los mexicanos se distribuyen el 35.6%, restante. Lo que significa que 145 mil personas cuentan con una riqueza superior a un millón de dólares; mientras que 23 millones de mexicanos no pueden adquirir la canasta básica. Ha, pero eso sí, dice Videgaray, flamante Secretario de Hacienda “el salario mínimo todavía aguanta más recortes presupuestales y más incrementos de precios en los energéticos”.
Para amortiguar los impactos económicos el régimen actual está aplicando la estrategia tecnócrata, de cambiar las metodologías, con las que INEGI elabora las estadísticas, maquillando la realidad, comparando cifras en plazos cortos para no evidenciarse en las tendencias decrecientes.
Recientemente se publicó “El Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal”, informando el ranking de “Variación porcentual anual total (primer trimestre 2016/ primer trimestre 2015)” en el cual se ubicó al Estado de Hidalgo en el primer lugar al llegar a 7.97% en ese periodo.
En las cifras de variación anual Hidalgo registro el 9.1%, sin lugar a dudas que es un indicador que destaca a nivel nacional, ¿pero esto que significa? No se puede decir que Hidalgo ya salió del rezago y de la marginalidad, por un milagro del proyecto Pachuca Ciudad del Conocimiento, porque todavía no se ha consolidado; sin embargo la contribución de Hidalgo al crecimiento nacional, fue tan solo de 0.1% del 2.51% que se alcanzo en el país.
Entidades como Estado de México, Nuevo León, Jalisco y Ciudad de México superaron a Hidalgo porque aportaron más del 0.2%.
Cabe mencionar que las actividades hidalguenses con más dinamismo, fueron las industriales y las de servicios, ambas registraron un crecimiento del 8.4% y 8% respectivamente, sin embargo las actividades primarias decrecieron en menos 2.1%, esto no fuera alarmante si los 84 municipios hidalguenses fueran industriales y comerciales, pero solo 11 municipios generaron el 82% del PIB estatal, por lo que las actividades primarias predominan en 73 municipios, que en conjunto generaron el 18% restante del PIB.
Si se considera que la población total del estado suma 2 millones 858 mil 359 hidalguenses, la población de los 11 municipios industrializados equivale al 39.7% de ese total, por lo que ese crecimiento del 8% no corresponde a la mejora del 60.3% de los Hidalguenses, lo que significa que un millón 135 mil 528 personas que habitan en 73 municipios rezagados, no vieron con alegría el discurso triunfalista de un denominado crecimiento del 9%.
A nivel nacional las actividades primarias están desprotegidas, por consiguiente la producción y la soberanía alimentaria están en riesgo, los recortes desde el presupuesto a ejercer en 2016 con 3 mil millones de pesos menos en agricultura, como los otros dos recortes realizados en este año, y el recorte anunciado para el 2017, cuya disminución ascenderá a 175 mil millones, donde el gasto social en general, como salud y educación, y claro a las actividades del sector primario se les quitarán 5 mil 281 millones, con lo que se prevé que los pequeños productores del campo tendrán 46.7% menos recursos.
A nivel nacional el PIB agropecuario a crecido menos que su población, el campo padece un abandono por la baja productividad y por ende la baja rentabilidad, propiciada por el ensanchamiento de la brecha productiva entre superficies de riego y de temporal, en las primeras predominan los productores privados y en las segundas los campesinos ejidatarios, sin desarrollo tecnológico, ni estrategias de comercialización.
Si el campo no cuenta con recursos financieros y tecnológicos, la desigualdad no solo permanecerá sino que se incrementará, creciendo el riesgo de una efervescencia social de grandes alcances. ¿no lo cree usted?