De 1770 a fines del siglo XX el desarrollo tecnológico marcó una tendencia
creciente, pasando de la manufactura, a la máquina de vapor, el ferrocarril, el
acero y la ingeniería pesada, el petróleo, el automóvil, la producción en línea
y la electricidad, para llegar a la informática y las telecomunicaciones; pero en
los inicios del presente siglo el desarrollo de la ciencia y la tecnología
sentaron las bases de la convergencia, empezando con la biotecnología, la
mente-factura, la bio-eléctrica, la nanotecnología y el descubrimiento de los
combustibles no fósiles.
A partir de la primera década de este 2000, el desarrollo de la técnica y de la
ciencia están marcadas por la exponencialidad y la disrupción, pero sobre todo
por la convergencia entre ambas dimensiones del conocimiento humano.
La ciencia y la tecnología, en la medida que se crean y construyen se
amplifican y aceleran, en un proceso incremental, generando impactos no
previstos, el factor dinamizador es la Investigación multidimensional a
velocidades inusitadas.
Arribamos en el presente siglo a dos grandes vertientes de las macro-
tendencias, una se refiere a las 12 tecnologías disruptivas que facilitaron la
revolución industrial 4.0 y la industria 4.0, como la simulación 3D, los
Sistemas de Integración Horizontal y Vertical, el Internet de las Cosas, la
Ciberseguridad, la Computación en la Nube, la Fabricación aditiva o
inteligente, La realidad Mixta integrando a la Realidad virtual y a la
aumentada, el Big Data y el eje transversal que es la Inteligencia Artificial,
siendo la esencia de la robótica, tanto virtual, como industrial y humanoide.
La otra vertiente de macro-tendencias es la integración de la ciencia y la
tecnología para dar paso al paradigma de “TecnoCiencia” como un proceso de
convergencia de las diferentes disciplinas y nuevos conocimientos científicos,
generados a una velocidad nunca vista, integrados en el acrónimo NBIC.
Las ciencias y las tecnologías convergentes derivan en procesos de
transferencia tecnológica y de conocimientos científicos, para convertirlos en
la generación de la innovación y el fortalecimiento de la nueva geopolítica,
donde las naciones se enfrentan, por ganar mercados y mejores condiciones de
desarrollo como de bienestar para sus pueblos, en una dinámica global donde
la investigación y la propiedad intelectual juegan un papel estratégico.
Esta nueva lógica Tecno-Científica que categoriza y dimensiona a la sociedad
global, contempla cuatro áreas de convergencia: la Nanociencia y la
nanotecnología; la Biología integrando la bioquímica y la biología celular; La
infotecnología integrando la computación cuántica, la inteligencia artificial y
el Big Data; finalmente la llamada “Cognología” con un relacionamiento de
ciencias como la psicología, lingüística y filosofía, la neurociencia, el
conocimiento social, la antropología, la sociología y las ciencias económico
administrativas y de organizaciones.
En este contexto como resultado de la convergencia de la Inteligencia
Artificial y los Smartphone surge la “Quinta Generación de la Tecnología
Móvil” o sea la 5G, la cual consiste en una serie de estándares, que permite
conectar a millones de dispositivos y procesar miles de petabytes (10 15 ) de
datos en tiempo real, impactando a fábricas y hogares desde control remoto a
velocidades de milisegundos, por ejemplo bajar una película de 1G tarda
medio minuto, con el 5G tardaría menos de un segundo. Algunas de las
aplicaciones del 5G sería la cirugía tele asistida y la conducción de vehículos
auto dirigidos.
La capacidad casi infinita de gobernar en la nube sistemas como las
comunicaciones o la defensa de una nación, han puesto a la 5G en una disputa
de geopolítica y el arma predilecta de la guerra fría entre EU y China.
Las sociedades del mundo le están apostado al paradigma de la convergencia
tecnológica, mientras que en México la Ciencia y la Tecnología carecen de un
nivel estratégico en la 4T, los recortes presupuestales tanto a los centros de
investigación como a las Universidades dan cuenta de ello.
Está bien eliminar la corrupción, pero no solo la de ahora, sino también la de
ayer, ni agredir a la estructura básica de las instituciones, está bien apoyar a
los jóvenes, pero antes de darles dinero hay que desarrollar sus capacidades
cognitivas, antes que aprendices creativos. ¿No lo cree usted?
Por: Roberto Morales Estrella