La debilidad económica es un fenómeno estructural, dado el incremento de la desigualdad social, por la concentración de la riqueza, puesto que el 1% de la población concentra el 30% de los ingresos totales de la nación, a pesar de que el PIB per cápita se ha incrementado, pero se concentra en las esferas mas altas de la distribución.
En México son 16 los más ricos, sus fortunas en 1996 equivalían a 25 mil 600 millones de dólares, para 2016 se incrementaron a 127 mil 990 millones de revaluados dólares frente al peso.
Mientras que la pobreza laboral pasó del 34.8% en 2005 al 40.1% en el segundo trimestre del 2017, lo cual quiere decir que más del 40% de las familias mexicanas con sus ingresos, no les es suficiente para alimentar a todos sus miembros. A nivel nacional los ingresos de las 11 entidades económicamente mas dinámicas, que son del norte de la República, tienen un ingreso promedio mensual de 2 mil 236 pesos por persona, para 18 Estados el ingreso mensual promedio es mil 536 pesos y las tres entidades mas rezagas salarialmente tienen ingresos mensuales promedio de 939 pesos.
En consecuencia la descomposición social es de origen estructural, la falta de oportunidades y el hambre son ingredientes que propician la delincuencia cada vez con más violencia, la omisión y/o complicidad de las autoridades, así como la impunidad por la corrupción, facilitan y alientan las actividades antisociales.
La delincuencia, desde los delitos de robo, asalto, homicidios, violaciones y secuestro, hasta la criminalidad organizada, en trata de personas, como del trafico de órganos y de drogas, se incrementaron en 23% entre marzo del 2016 al mismo mes de este 2017, converge con los resultados de la aplicación del modelo económico de Peña Nieto, al poner el dinero y al enriquecimiento como valor y distinción social, señal inequívoca de la descomposición social por la ausencia de valores humanos.
En la comparecencia del Secretario de Hacienda en la Cámara de Diputados, se le cuestionó sobre el crecimiento económico del país del 3% en el primer semestre, crecimiento que no se refleja en el ingreso y en la calidad de vida de las familias.
Lo que si ha venido creciendo es la deuda; a lo que José Antonio Meade expresó que el nivel de deuda no es un objetivo para evaluar la política fiscal, a pesar de que el monto de la misma pasó del 36% del PIB en 2012 al 50% en el primer semestre de este 2017.
¿De donde van salir los recursos para pagar? Sobre todo porque que el crecimiento del PIB que anunció INEGI, no parece tan real, dado que los pronósticos de expertos como el Banco Mundial, JP Morgan, BBV Bancomer, City Banamex, van de 1.9% a 2.5% de crecimiento del PIB para el 2018.
Habrá que agregar los impactos económicos de los sismos, en primer término las actividades económicas de las zonas afectadas no se han restablecido del todo, además hay que considerar los ajustes que Hacienda hará al Paquete Económico del 2018 como lo anunció José Antoni Meade. Ojalá que esos ajustes no afecten nuevamente a sectores fundamentales para el país como la Investigación y el desarrollo tecnológico, la educación y la salud.
Las Instituciones que hay ajustar son la Secretarias de la Defensa y Marina, y claro que reduzcan el gasto del marketing político de Peña Nieto y demás funcionarios, cuyo presupuesto aumento 257% al pasar de 2 mil 408 millones de pesos a 8 mil 588 millones de pesos en el 2016, tal vez esté incluido el pago de sicarios para eliminar a periodistas.
Lo que hace falta es inversión, en Enero del 2015 creció en 10.5% para caer a menos 10% en julio del 2017, la importación de maquinaria y equipo pasó de 17.6% en Enero del 2015 para caer a menos 0.2% en Julio de este año. La productividad total de factores fue de 1.16% en 1991, para el 2015 cayó a menos 0.3%. ¿de donde vamos a crecer?
Sin I+D, sin mejor educación, sin transferencia tecnológica y de conocimientos, y sin mejores salarios, no vamos a salir del rezago y de la desigualdad. ¿no lo cree usted?