La presión de algunos países, forzados por las corrientes mas retrogradas, para ir en contra de la globalización y el libre comercio, están agravando la crisis mundial, cuando la sociedad del conocimiento ha marcado la ruta de la economía digital, donde las plataformas tecnológicas y los dispositivos móviles, logran su empoderamiento a una velocidad nunca antes vista, al grado que los cambios tecnológicos, superan en profundidad e impacto a las actitudes humanísticas.
En esta perspectiva la condición humana, de la que hablara André Malraux en 1933, hoy se ve moldeada más por los anhelos de acumulación de riqueza que por los ideales de equidad, justicia y bienestar social; la corporatocracia o plutocracia, términos que aplican por una lado Perkins en su libro “Confesiones de un Gánster Económico” y por otro Noam Chomsky, para describir el empoderamiento de los hombres del gran capital, en la toma tanto de los mercados, como del poder político, como es el caso del gabinete de Trump.
Como dice Rolando Cordera “El mundo parece empeñado en un estancamiento de larga duración…y lleva a la corrosión de los resortes fundamentales (de toda economía)”
Esa es la consecuencia del incremento de las tasas de interés, en México pasó de 3% en Diciembre del 2015, a 6.25% en este 9 de febrero, Carstens argumentó la complejidad económica y financiera, a partir de la llegada de Trump a la presidencia de los EU.
El incremento de la tasa de interés en México, propició menor volatilidad financiera, es decir que los capitales no salieran del país, eso es bueno; pero este incremento de tasa, contraerá aún más la inversión, que se traduce en menor crecimiento, fortaleciendo el ambiente recesivo; que significa menor creación de empleos, junto a una persistente devaluación del peso y a una mayor inflación, trae como consecuencia menor capacidad adquisitiva de los ya de por si raquíticos salarios, generándose mayor pobreza.
O sea, que es peor la medicina que la enfermedad, pero eso sí hay equilibrio macroeconómico y finanzas públicas sanas, claro no lo suficiente porque la inversión pública se desplomó en 2016 en un 21%, en comparación a 2015, la mas baja en 70 años; mientras que la inversión privada solo creció 2.2% en el mismo periodo, muy baja para las necesidades del país, y claro en Investigación aplicada la inversión es casi nula 0.5% del PIB; los recursos de INADEM para 2017 es una cuarta parte de los que se asignaron en su creación.
La inversión extranjera directa se redujo en 15% en el periodo enero-marzo del 2015 a 2016, en tanto que la participación de los EU, pasó del 51% al 29%. El resultado de este contexto es un proceso de recesión.
El 1º de Junio del 2016 se publicó la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, cuya creación se iniciaría en 2017, en 7 entidades federativas Michoacán, Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Campeche y Tabasco, planeándose incluir a Puebla, Yucatán y a Hidalgo, en las cuales se detonarán zonas de nicho o de especialidad, como en Hidalgo es el sector textil.
Aunque en el articulo 1º de la ley se habla de impulsar el crecimiento económico sostenible y reducir la pobreza, con la participación del sector privado y social, no se precisa la importancia de las MIPYMES, ni de los pequeños productores agrícolas, que son nuestra realidad productiva en esas entidades federativas, que sí cuentan con recursos naturales de gran valor.
Se habla de 118 proyectos de los cuales 24 registran avances significativos, con una inversión de más de 7 mil millones de dólares, al respecto surge la pregunta ¿cuántas MIPYMES están involucradas en estos proyectos?
Los Inversionistas extranjeros persiguen alta rentabilidad, eso es irrefutable, y llegan a las naciones con economías emergentes, como la nuestra, buscando recursos naturales, mercados, eficiencia o activos estratégicos.
Si sus estrategias de operación contemplan la integración de nuestras MIPYMES en cadenas de valor nacionales y globales, mediante la Transferencia de Tecnologías y de Conocimientos, de tal forma que desarrollen sus capacidades tecnológicas, organizacionales y humanas, entonces estaremos en posibilidad de salir de la crisis y encaminarnos al desarrollo social y sustentable.
Pero si no es así, si las grandes empresas solo vienen, como hasta ahora, para aprovecharse de nuestros recursos, de nuestra mano de obra barata y de los apoyos del gobierno, como la eliminación del ISR durante los primeros 10 años, entre otras prerrogativas, solo estaremos profundizando nuestra condición de crisis y aumentando nuestra pobreza hasta llegar al limite, que es un cambio violento. Ésta es la disyuntiva ¿no lo cree usted?
Economía e Innovación
Por: Roberto Morales Estrella