Las negociaciones para lograr un nuevo Tratado Comercial entre Canadá, EU y México, han sido por demás tortuosas, en el aún vigente TLC, al entonces Presidente Carlos Salinas, se le presionó a que abrogara la ley de Invenciones y Marcas de 1976, así como la Ley sobre el Control y Registro de la Transferencia de Tecnología y el uso y explotación de Patentes y Marcas que habían sido publicadas en 1982.En su lugar se promulgo en 1991 la Ley de la Propiedad Industrial, ¿porque y para que estos cambios? Porque si Carlos Salinas no accedía, México saldría de las preferencias comerciales de los EU y por lo tanto no se firmaría el primer TLC, fue así como México se convirtió en el primer país del mundo que se sometía a la jurisprudencia norteamericana en materia de Propiedad Intelectual.
Dado que en la última ronda del GATT en Uruguay, EU impuso los “Acuerdos sobre Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio” lo que significó el paso de una ciencia abierta a una ciencia cerrada y convirtió al conocimiento en mercancía vía Propiedad Intelectual.
Lo que generó el rezago tecnológico en nuestra economía, puesto que el 95% de las patentes son de extranjeros, el gobierno mexicano claudicó poner al Conocimiento científico-tecnológico como la plataforma para el desarrollo de la economía nacional, en su lugar facilito que las empresas trasnacionales con altas capacidades tecnológicas, fueran el motor de nuestra economía, mientras que nuestros pequeños productores manufactureros y del campo se hundían en el rezago tecnológico y la baja productividad, sin poder competir con las empresas extrajeras que sí son innovadoras.
Fue una guerra económica que México perdió, y nos la vendieron como si hubiéramos salido ganando con el TLC aún vigente, nada más falso, favoreció sí, a unos cuantos grandes productores nacionales, propiciándose la desigualdad y la pobreza en espiral que hoy padecemos, la falta de soberanía alimentaria nos hace altamente vulnerables.
El nuevo TLC ha sido el motivo de una guerra económica más cruel y descarada, la postura de Trump, jamás ha sido la de negociar sino la de imponer, hoy sustentado por las corrientes más depredadoras de ese país como John Bolton consejero de seguridad, Mike Pompeo Secretario de Estado y Gina Haspel directora de la CIA, golpistas que ven las masacres como daños colaterales y el dominio de los recursos a fuego y sangre como algo natural y legal, para ellos los tratados comerciales “justos” son donde imponen sus condiciones trasladando su modelo de dominio.
La imposición de aranceles al acero y al aluminio, no es más que el inicio de una etapa de agresiones; la irracionalidad domina la mente de Trump quien abandono la reunión del G-7 dando indicaciones para no firmar ningún acuerdo, se dirigió a Singapur para construir una alianza con otro megalómano, con gran fuerza militar, un ejército de hackers y un hambre desmedida por más poder, como es Kim Jong Un.
La vida de millones de personas están en el filo de la navaja, lo más grave es que las alternativas de solución, no serán resultados de la racionalidad, la justicia, ni el sentido humano, las negociaciones son procesos donde predomina la irracionalidad y la megalomanía.
Naciones como Japón, Francia Inglaterra, EU y Argentina tienen un modelo de Inteligencia Económica, ¿y México? Por supuesto que no, me pregunto ¿si estará contemplada en los planes de los candidatos a la presidencia? Ojalá pero lo dudo.
“La guerra, dijo Sun Tzu, es el asunto más importante para el Estado, es terreno de la vida y de la muerte, la vía que conduce a la supervivencia o a la aniquilación. No puede ser ignorada”. La guerra constituye aplicar la fuerza y la inteligencia, para someter o para defenderse, es vida o muerte, concluye Clausewitz.
Ante esta situación de guerra económica es urgente que México cuente con una política para enfrentar este desafío, puede ser la Inteligencia Económica que desarrolle la capacidad para captar, analizar, entender y aplicar estratégicamente los flujos de información, de manera ofensiva y defensiva en la toma de decisiones de política económica y social.
México está en una disyuntiva de sometimiento y hambre o competitividad y bienestar social; el PRI, el PAN y Meade nos han hundido, ¿cual es la alternativa?