La reacción inmediata de la economía mundial ante la decisión de la Gran Bretaña de Salir de la Unión Europea, es la alta volatilidad, las bolsas de valores bajan y los mercados de cambios se desquician. Nuestras autoridades respondieron con medidas de política monetaria y fiscal que más bien parecerían acciones contra los mexicanos.
El comportamiento del crecimiento del PIB muestra una clara tendencia decreciente, con constantes ajustes, en noviembre del 2014 se ajustó de 4.2% a 3.2%; en febrero del 2015, el ajuste fue de 3.9% a 2.9%, en mayo del 2015 se informó un ajuste del 3.5% al 2.5% y para marzo de este 2016 el ajuste es de 3.0% a 2.0%. ¿Acaso falta otro ajuste en este 2016?
Para el Secretario de Hacienda lo que hay que cuidar es “el cumplimiento de las metas del déficit público” según lo expresó en la conferencia que dictó el viernes pasado, donde agregó que el gobierno mexicano ha cubierto al 100% sus necesidades de fondeo para el resto del 2016; me pregunto ¿entonces porque aplicar otro ajuste presupuestal?
Para la Secretaría de Hacienda este segundo recorte es exclusivamente para el Gobierno Federal, ya que no incluye a Petróleos Mexicanos, es por un monto de 31 mil 715 millones de pesos, que sumados a los 32 mil 301 millones del ajuste de principios del 2016, suman más de 64 mil millones, de un presupuesto ya rasurado en 135 mil millones de pesos al iniciar 2016.
A educación se le ajustaron 3 mil 660 millones en el primero y 6 mil 500 millones en el segundo, haciendo un total de más de 10 mil millones de pesos, en salud el recorte fue de 8 mil 562 entre los dos ajustes aplicados, el último, gracias al Brexit, fue igual que el de educación, por 6 mil 500 millones de pesos.
A CONACYT con los dos ajustes, se le recortaron 2 mil 700 millones, agricultura vio reducir su presupuesto en 7 mil 205 millones, el segundo ajuste fue el mayor, alcanzando los 4 mil 205 millones de pesos.
Estos sectores son estratégicos, puesto que para lograr el desarrollo, reducir la desigualdad y la pobreza, solo es impulsando la educación de calidad, la investigación y la tecnología, como fortalecer nuestra producción de alimentos.
Pero claro, en el modelo económico que está siguiendo el país, primero es la inflación baja y la solvencia financiera del gobierno federal, a costa de un mayor deterioro de la productividad de nuestras empresas y de peores salarios para los mexicanos.
Esto se evidencia en las palabras del Secretario Videgaray “con el segundo ajuste presupuestal, concentrado en el gasto corriente, se están consolidando la finanzas públicas, reduciendo de manera importante el déficit público para el año que entra y por primera vez en muchos años, logrando un superávit primario”. ¿Y los mexicanos? Con más informalidad y con los salarios perdiendo poder adquisitivo, además una mayor devaluación que puede llegar a 20 pesos por dólar.
Con estas medidas de política económica de contingencia ante el Brexit no solo no se fortalece la economía, ni se evitan los riesgo de mayores efectos recesivos, dado que si bien es cierto que nuestro comercio con la Gran Bretaña no es de alto impacto, puesto que solo alcanza el 0.7% del comercio global, el impacto no será directo porque esta situación del Brexit afectará a la dinámica económica de los EU, provocándole una recesión, que de ser así, el impacto para nuestra economía si será motivo de preocupación mayor.
La salida de Inglaterra de la Unión Europea obedece a un fenómeno económico y social por demás complejo, donde la migración juega un papel preponderante, pero también es la lucha por el poder entre conservadores y liberales en ese país, eso explica el asesinato de la diputada J Cox, fuerte defensora de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Ante una economía global cada vez mas compleja, las medidas de política económica deben orientarse al fortalecimiento de la educación, la ciencia y la tecnología, y eso no se está haciendo en nuestro país.
Economía e Innovación
Roberto Morales Estrella