A todos los universitarios que luchan por
“La Autonomía Universitaria”
El pasado jueves 23 se presentó el plan “Hidalgo Innova”; el evento fue marco para que el Gobernador Omar Fayad se refiriera al tema de la reforma de la Ley Orgánica de la UAEH, según el decreto 228 del 9 de octubre de este 2017, que reforma al artículo 50 y adiciona el artículo 50 Bis, atribuyendo la facultad de designar al titular del órgano de control interno de la UAEH, al Congreso del Estado.
Al respecto el Ejecutivo Estatal expresó “que para él es un tema jurídico que debe resolverse entre la UAEH y el Congreso del Estado”, “no entiendo porque me han metido a mí” expresó; salta la pregunta ¿cuándo toman protesta los gobernadores y el presidente de la nación, acaso no dicen que protestan cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen, además de firmar los decretos?; entonces ¿o es ignorancia o perversidad? Porque un funcionario de ese nivel, no puede ni debe estar ajeno de los procesos legislativos.
No es un asunto de transparentar la aplicación de los recursos financieros, porque la UAEH es objeto de numerosas auditorías internas y externas, de las cuales hay evidencia de la probidad en el manejo de sus finanzas y recursos; tampoco es cuestión del sistema anticorrupción, porque de acuerdo al artículo 3º fracción VI de la Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción, que define a los entes públicos sujetos a esa disposición, no están incluidas las universidades autónomas. ¿entonces porque la reforma?
En cambio la investigación y de acuerdo a la ciencia de la hermenéutica jurídica, la Autonomía Universitaria es un precepto cuyo fundamento jurídico se aplica por vía constitucional a diversos órganos territoriales o instrumentales, por lo que su presencia y aplicación en el entramado constitucional, tiene la relevancia suficiente, desde el momento en que refleja su poder normativo, sobre el resto del ordenamiento jurídico (S. García Ramírez), por algo se concedió a la UAEH la suspensión provisional del decreto 228, que promovió el Rector Adolfo Pontigo Loyola apoyado por el Presidente del Patronato Universitario Gerardo Sosa Castelán.
En la misma exposición de motivos de la reforma constitucional del 9 de junio de 1980 que incluyó en la fracción VII del Artículo 3º lo siguiente “Las universidades y demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y responsabilidad de gobernarse a sí mismas, incluyendo la administración de su patrimonio.
En la exposición de motivos se precisa también, que esta disposición constitucional busca fortalecer y garantizar el papel de las universidades y demás instituciones de educación superior, frente a las posibles transgresiones de poderes públicos, incluyendo claro los legislativos, también frente a las intervenciones y controles de los órganos e instituciones particulares a las que el Estado haya transferido funciones públicas de inspección, evaluación y certificación en esta materia.
El decreto 228 fue mayoriteado en el congreso estatal, porque no fue aprobado por unanimidad como algunos dicen o piensan, sino que 20 votaron a favor obviamente priístas y 10 en contra 5 del PAN, 3 del PRD, 1 de Morena y el voto del Diputado del Movimiento Ciudadano Miguel Ángel de la Fuente López, que ha hecho un papel digno de reconocer, en defensa de la Autonomía Universitaria.
La Autonomía Universitaria es más que un órgano de control, es la garantía de que la “Educación superior sea considerada como un bien social” y no una mercancía más, porque el modelo neoliberal que ha estado siguiendo México desde la década de los años 80s, el cual define y determina al modelo económico del Estado de Hidalgo, inhibe el desarrollo tecnológico, y atenta contra los derechos humanos y las prestaciones sociales.
La Autonomía Universitaria implica tres vertientes que le permite cumplir con sus objetivos sociales y democráticos, estas son: la primera se refiere a su autogobierno, para que legisle sobre sus propios asuntos, organizándose de acuerdo a su misión y visión; la segunda es la academia, que implica elegir a los académicos y alumnos desde una perspectiva incluyente, donde la creatividad y el pensamiento crítico científico y tecnológico como el humanístico, son bases operativas, y por último esta la parte financiera, que permite la libre disposición de su patrimonio y así como de la elaboración y control de su presupuesto, en beneficio de sus catedráticos, de sus alumnos, de los hidalguenses y de todos los mexicanos.
El modelo neoliberal se refuerza mercantilizando los servicios esenciales como la salud y sobre todo la educación, en todos sus niveles, sin faltar el agua, incluso la cultura que la ha reducido a mero entretenimiento sin impactar en la creatividad, lo único que tiene valor en este modelo, es el valor del mercado; si algo queda excluido del modelo neoliberal, que solo favorece a las empresas trasnacionales, es el tema de la desigualdad.
Ya lo decía José Saramago en sus cuadernos de Lanzarote “que se privatice todo el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley…y que se privatice también a la progenitora de todos” esa es la perversidad del modelo neoliberal.
Hidalgo es una de las entidades que padece un serio rezago científico y tecnológico como de innovación, nuestras mipymes que son la base de la estructura productiva estatal, no patentan, juzgue usted de 22 mil 428 solicitudes en 2016, tanto de patentes, Diseños Industriales, Modelos de Utilidad, y trazado de circuitos integrales, Hidalgo solo presentó 25, o sea el equivalente al 0.11% del total, cabe decir que el 84% del total solicitado corresponde a extranjeros, esa es la tragedia, y piensan que la panacea son las empresas trasnacionales.
La desigualdad en el Estado de Hidalgo es dolorosa 72 municipios generan solo el 18% del PIB estatal, están a nivel autoconsumo ¿cuales son nuestras fortalezas? ¿Como saldremos de los rezagos en productividad? ¿Con el plan Hidalgo Innova? Si no se incluye a todas las universidades y en especial a la máxima casa de estudios que es la UAEH, no superaremos nuestra actual situación; para que haya innovación se requiere establecer un modelo de Transferencia Tecnológica y de Conocimientos, mediante la articulación empresa-universidades, pero no se ven avances en esa ruta, recordemos que competitividad es “la capacidad y velocidad de aprender para innovar”, proceso que les corresponde a las universidades, sobre todo a las autónomas, por eso “Sin Autonomía no hay desarrollo, ni innovación”. ¿No lo cree usted?