¿Cuáles son las calamidades que padecen los mexicanos? Generalmente pensamos en la pobreza y la delincuencia, pero esos son efectos, las causas son la corrupción, la falta de capacidad y de visión política, como la carencia de un modelo de desarrollo, sustentado en el talento de los mexicanos, y una plataforma sólida de Investigación, desarrollo científico, tecnológico y de innovación, como de una intensa y profunda transferencia tecnológica y de conocimientos.
El modelo económico neoliberal se ha valido de la corrupción para establecerse y consolidarse, esa es la madre de todas las calamidades, el resultado que se tiene a la vista, que lo sentimos y padecemos es consecuencia de la incapacidad, del autoritarismo, de la demagogia discursiva que ha desgastado a las instituciones, esa perversidad política y apátrida, a profundizado la desigualdad socioeconómica, hasta convertir a México en una nación plutocrática, 15 entidades federativas están por debajo de la media del indicador nacional de desigualdad.
Somos un país donde los que gobiernan se han transformado en los ricos con derecho a todo, imagínese usted en 1996 la riqueza de solo 16 personas sumaba 25 mil 600 millones de dólares, pero para fines de 2016 se incrementó a 127 mil 990 millones de dólares, entre ellos está el dueño del ITAM siendo egresados de esa institución los políticos “fabricados” como Enrique Peña Nieto, y claro José Antonio Meade, Luis Videgaray y demás funcionarios de apoyo, su misión implantar dar continuidad del modelo neoliberal que les ha permitido enriquecerse.
Esta perversidad la han pretendido ocultar mediante su estrategia de marketing político “lo bueno cuenta” y ¿cuenta? Si lo bueno de este gobierno no existe, el sexenio del empleo, las reformas estructurales, la democracia de la productividad, son mitos cuando no fracasos, o plantean la represión social, como la Ley de Seguridad Interior.
Pero esta estrategia ha incrementado el gasto en publicidad a niveles nunca vistos, ya representa en promedio un millón de pesos cada hora, lo que se gasta en el culto de su imagen y de su gobierno Peña Nieto, ¿sabe usted quien paga esos más de 37 mil millones de pesos?, pues todos los mexicanos con sus impuestos. ¿le parece bien? ¿Cree usted que esto lo va a cambiar Meade?
La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social, es uno de los principales frenos tanto para el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo y como el cumplimiento de los Derechos Humanos, si bien México no es el único país corrupto, si es el más corrupto en América Latina, según el Barómetro Global de la Corrupción, puesto que al 51% de los mexicanos las autoridades les han solicitado sobornos, para poder contar con algún servicio público a los cuales tiene derecho.
La corrupción y la impunidad son una dicotomía que se refuerzan recíprocamente, entre más impunidad hay, mas corrupción se realiza, el fenómeno que llega a los más altos niveles, como la presidencia y los gobernadores, el costo equivale a 4% o 5% del PIB, mientras que en Investigación y Desarrollo no se alcanzará en este sexenio el 1% del PIB, a que se comprometió Enrique Peña Nieto.
El recortar recursos presupuestales a CONACYT como no apoyar lo suficiente a las Instituciones de Educación Superior Públicas, no solo significa profundizar el rezago científico, tecnológico y de innovación, tanto de las mipymes como de los pequeños productores agropecuarios, que son más del 90% de la estructura productiva del país, sino que además facilitan la llegada de empresas trasnacionales cuyo propósito es la de aprovechar la mano de obra barata, los recursos naturales con que cuenta territorio nacional y nuestra demanda de bienes y servicios, puesto que nos consideran como objetivos de mercado, imponiendo ya nuevos patrones de consumo, dando prioridad a los alimentos chatarra propiciando la vulnerabilidad de la salud de los mexicanos sobre todo de los niños y jóvenes.
Lo que está en juego en las elecciones del 2018 es el futuro de los mexicanos, pero ninguno de los precandidatos, considera necesario rediseñar el modelo económico, cuando todas las naciones le han apostado a la ciencia, la tecnología y la innovación con un proceso incluyente. Para ayudar a los niños de la calle, no solo basta darles de comer una vez, sino ayudarlos a que desarrollen y apliquen su talento creativo.
No hay políticas públicas efectivas que identifiquen y arraiguen a los jóvenes a su entorno natural, no hay un modelo de desarrollo que parta de sus bases demográficas y vocaciones productivas, la nueva sociedad mexicana está en la creación, desarrollo y consolidación de empresas de base tecnológica, como en la creación de ecosistemas regionales de innovación, pero los precandidatos solo ven como van llegar al poder. Que tristeza ¿no lo cree usted?