Dando inicio a este año electoral, esta y las siguientes cinco columnas intentarán explicar algunos fenómenos tecnológicos asociados a las elecciones en otros países y en el nuestro desde hace cinco e incluso 10 años. Hablaremos acerca de las fake news, granjas de bots y cuentas falsas, discursos de odio y otros intentos de manipulación y la afectación de climas de opinión y libertad de expresión en espacios virtuales. La intención de las columnas será, ante todo, develar los mecanismos tecnológicos y sociales de estos fenómenos para que los entendamos e intentemos no ser parte de los problemas sino, en el mejor de los casos, de las soluciones.
En esta primera entrega el tema son los datos masivos o big data. Lo primero es entender que durante una campaña electoral los datos que interesan son los personales, ya que existen varios tipos de datos, como los emitidos por sensores de contaminación o de plantas hidrocarburíferas, por ejemplo. Cuando hablemos de big data en elecciones estaremos hablando de datos personales.
Los datos personales describen a una persona o pueden ser asociados para identificarla. Por eso su gestión es delicada y debe hacerse bajo un marco legal que proteja derechos de privacidad y libertades. Un apunte: en Bolivia no existe un marco normativo robusto de protección de datos personales, por esto, es posible cometer abusos.
La innovación de las últimas elecciones en Brasil, Estados Unidos y Francia, por mencionar algunas, fue la elaboración de perfiles tendientes a votar por uno u otro candidato a partir de datos personales no solo biográficos (edad, sexo, estado civil, etc.), sino también psicológicos (apertura al cambio, tolerancia la estrés, etc.). Estos datos se obtienen de la actividad en las redes sociales o de cuestionarios de personalidad. Por eso es tan importante la información que esconden nuestras actividades en Facebook, Twitter y en otras redes sociales.
También resulta importante la información del lugar de residencia o de las fuentes a través de las cuales se informan las personas. De esa manera, se pueden elaborar mensajes específicos para grupos de personas identificadas territorialmente; esto se llama microsegmentación. En Bolivia tenemos escasa información para llegar a elaborar esta complejidad de acción.
Sin embargo, algunos datos de personas en particular pueden servir para hacer perfiles, así como las búsquedas de los antecedentes de un candidato o candidata, a fin de usarlos en una guerra sucia de acusaciones y amenazas. Para este fin, se elaboran noticias falsas. De eso hablaremos en la siguiente columna.
Fuente: La Razon