La reparación del ADN en el ámbito es vital para el desarrollo de futuras misiones interplanetarias, ya que todavía no están claros los efectos de la radiación sobre nuestros cuerpos y, en particular, sobre el genoma humano. La NASA lo ha logrado a partir del desarrollo de una nueva técnica.
Una nueva investigación realizada por especialistas de la NASA ha desembocado en un avance histórico: lograr la reparación de daños en el ADN directamente en el espacio. Lo concretaron en la Estación Espacial Internacional, a partir de una técnica llamada CRISPR, que hace posible realizar rupturas controladas en el genoma, repararlas y evitar daños que no puedan manejarse.
El ser humano se está enfrentando a una nueva era en el cual los viajes espaciales y la exploración de otros planetas podrían convertirse en algo habitual y hasta cotidiano, llegando incluso a establecer ciudades y residencias en otros mundos. Sin embargo, no todas las posibles consecuencias son positivas: nuestros cuerpos pueden verse seriamente afectados a partir de una exposición prolongada al ambiente espacial.
Frente a esto, estudiar la reparación del ADN (ácido desoxirribonucleico) es clave para la exploración espacial futura, que podría exponer a los humanos al riesgo de daños en el código genético causados por la radiación. Las condiciones en el espacio también podrían afectar la forma en que el cuerpo repara naturalmente dicho daño, lo que podría agravar ese riesgo.
Por primera vez en el espacio
El nuevo estudio de los investigadores de la NASA, publicado recientemente en la revista PLoS ONE, hizo posible concretar el primer uso en el espacio de la técnica de edición del genoma denominado CRISPR, desarrollada en forma reciente a bordo de la Estación Espacial Internacional. Al usar CRISPR, los científicos pueden crear rupturas controladas con precisión en una ubicación conocida del genoma, eliminando los posibles riesgos de daño aleatorio.
Esto envió las bases para concretar la reparación del ADN directamente en el espacio, brindando la oportunidad de obtener información sobre el tipo de mecanismo de reparación utilizado y abriendo un nuevo camino para ampliar los estudios de reparación del ADN en el ámbito espacial, junto a una amplia variedad de otras investigaciones biológicas en microgravedad.
De acuerdo a una nota de prensa, los expertos lograron generar con éxito roturas en el ADN de una levadura común en la Estación Espacial Internacional, llevando adelante posteriormente el método de reparación bajo los criterios de la técnica CRISPR. Fue posible secuenciar el ADN intervenido y comprobar la restauración de su orden original. De esta forma, los científicos pudieron realizar la totalidad del proceso en el espacio, desde sus pasos iniciales hasta su culminación.
Roturas de doble hebra y otros riesgos
El avance es crucial, porque realizar todo el proceso en el espacio presenta grandes ventajas en comparación con depender de muestras, equipos o instrumental que necesiten operarse en la Tierra. Los peligros de daños daños en el ADN causados por la radiación ionizante son reales y concretos al estar expuesto al ambiente espacial, y condicionan el futuro de las nuevas misiones.
Las roturas de doble hebra son un tipo de daño del ADN sobre el cual trabaja la técnica CRISPR: son especialmente peligrosas para las células de nuestro organismo, ya que pueden provocar problemas en el genoma y alterar las «instrucciones» existentes en el código genético, las cuales brindan a las células la información necesaria para poder realizar correctamente sus funciones.
El hito por los especialistas de la NASA dispuso disponer de nuevas herramientas para descubrir la mejor alternativa de reparación para este daño y otros peligros relacionados al impacto de la vida espacial sobre el ADN, además de potenciar la investigación biológica y genética en el contexto de las condiciones específicas que se viven en el espacio.
Fuente: tendencias21.levante-emv.com