Un grupo de académicos, intelectuales y artistas del más alto nivel tienen la misión, desde febrero de este año, de proponer el rumbo que Colombia debe tomar en materia de ciencia, tecnología e innovación. Esta misión de sabios trabajará durante los próximos nueve meses en la elaboración de un documento con recomendaciones y propuestas para responder a desafíos productivos y sociales que logren un desarrollo sostenible e inclusivo de nuestro país.
María del Pilar Noriega Escobar, coordinadora del foco de Tecnologías Convergentes e Industria 4.0 de la Misión de Sabios 2019, habló con EL TIEMPO y explicó que Colombia requiere de inversiones para cambiar su infraestructura tecnológica y modernizar su sistema educativo, de cara a la llamada cuarta revolución industrial.
Por tal motivo, Noriega, quien es ingeniera química de profesión y directora general del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y del Caucho, cree en la necesidad de capacitar talento humano en nuevas disciplinas desde el colegio.
La experta, junto con Orlando Ayala, quien fue vicepresidente ejecutivo de Microsoft; Jean Paul Allain, profesor del departamento de ingeniería nuclear, plasma y radiología de la Universidad de Illinois; y Tim Oswald, docente, del departamento de ingeniería mecánica de la Universidad de Wisconsin-Madison, tienen la tarea de diseñar una hoja de ruta para que Colombia pueda sumarse a la tendencia global de la convergencia tecnológica.
Específicamente, ¿cuál será su rol en la Misión de Sabios?
Cuando se tiene la tarea de coordinar el foco de convergencia e industria 4.0 no solo se trata de producir documentos que aporten, también debemos indagar sobre cómo está Colombia en materia de convergencia tecnológica. El país está en un punto en donde se requieren inversiones para cambiar la infraestructura y para modernizar el sistema educativo, esto con el objetivo de ingresar a la cuarta revolución y para que en 10 o 15 años el país tenga mejores indicadores en la industria.
Además, se debe lograr la inserción laboral de la gente joven, pues están teniendo gran dificultad con las nuevas posibilidades de industria que surgen de la convergencia. Acá confluye la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información y de la comunicación y las ciencias cognitivas, que para los jóvenes son una maravilla porque permiten múltiples formas de trabajo, como por ejemplo desde sus casas a través de plataformas colaborativas.
En el tiempo que han trabajado con el equipo, ¿qué le hace falta a Colombia para lograr la convergencia tecnológica?
Nos encontramos de manera virtual prácticamente todas las semanas. Hasta el momento, solo hemos tenido un encuentro presencial en Atlanta (Estados Unidos). Hemos trabajado sobre varios ejes que pueden ayudar al cambio. Por un lado, es que el país debe mejorar su conectividad, potenciar su velocidad de transmisión de datos y lograr mayor seguridad informática. Y por otra parte, se debe trabajar en la creación de nuevos productos a partir de la combinación de estas tecnologías con la industria. Por ejemplo, pensemos en la impresión 3D. Si se tienen las plataformas adecuadas, el recurso humano formado y las velocidades de información requeridas, habrían una variedad de productos no conocidos, que tendrían éxito nacional e internacional.
¿De qué manera cerrar la brecha de talento TIC?
Pienso que se debe mirar desde la base escolar para promover este tipo de tecnologías. Ahora los niños pueden interactuar con impresoras impresora 3D, y si bien al principio podría entenderse como un proceso lúdico, a medida que el estudiante crece se puede comprender como la producción de un servicio. Debemos pensar en carreras básicas ligadas a la creación de software; sin embargo, necesitaremos personas especializadas en computación en la nube, pero conectadas a la biotecnología, es decir, perfiles cada vez más convergentes. Sería ideal que la formación básica en la universidad dure tres años, y quizás en el último año se estudie un énfasis en estas convergencias. Esta metodología ya existe en otros países.
En ese sentido, ¿cómo es la relación de la educación y la tecnología?
La educación ya no será la clase magistral que conocemos. La convergencia está permitiendo que cualquier persona estudie desde cualquier lugar del mundo. Si miramos maestrías en línea, es posible encontrar las mejores opciones en universidades de Japón, Inglaterra o Estados Unidos, y esto se logra gracias a la conectividad.
Tenemos que pensar en que la educación será una parte con un profesor, pero el resto será autoestudio y para eso está el internet. Una persona que está en el Meta tendrá las mismas oportunidades de estudio que alguien que vive en el Putumayo.
Fuente: El Tiempo