El acceso a la información y la tecnología han moldeado nuestras rutinas en diversos ámbitos, ¿quién se imagina una vida sin celular y sin acceso a internet; sin vacunas y sin medicamentos; sin automóviles y sin luz?
Recuerdo que hace un par de décadas -siendo estudiante universitaria de biología- acudíamos a las bibliotecas para buscar libros y poder entregar tareas y reportes; incluso teníamos que ir de facultad en facultad para acceder a algunos artículos académicos específicos y eso podía tomar días. Hoy sólo hay que prender la computadora con acceso a internet, navegar en diferentes bases de datos y con un click llegamos a la información que necesitamos.
Los avances tecnológicos crean nuevas posibilidades para compartir conocimiento, investigar, elaborar y utilizar nuevas aplicaciones y políticas públicas basadas en datos1. Por ejemplo, ya podemos detectar organismos (micro y macroscópicos) sin observarlos directamente y sin pasar horas buceando por medio de la técnica ADN ambiental (eADN por sus siglas en inglés)2.
Para el caso de las pesquerías -actividad económica de la cual dependen casi 60 millones de personas en el mundo3– se diseñó un novedoso sistema de monitoreo electrónico para mejorar su sostenibilidad y eficiencia. Smart Boat Iniciative utiliza sensores, inteligencia artificial, comunicación de banda ancha y análisis de datos dentro de los botes pesqueros para determinar el número de peces, especies, tallas y fauna de acompañamiento.
Para temas de transparencia en pesquerías, el uso de tecnologías e información abierta ha sido explorado por la iniciativa Global Fishsing Watch; con tecnología de vanguardia se visualiza, rastrea y comparten datos sobre la actividad pesquera global en tiempo casi real y de forma gratuita. En esta plataforma casi cualquier persona puede rastrear barcos de pesca y descargar datos sobre sus actividades pasadas y presentes, lo cual permite a los científicos, sociedad civil e incluso pescadores exigir mejores políticas para apoyar la protección marina.
Un estudio –Queiroz et a., 2019– muestra que el 24 % del espacio físico utilizado por los tiburones coincide con el área donde se practica una de las pesquerías más importantes en el mundo. Esto significa que los tiburones viven en riesgo constante de ser pescados incidentalmente.
Los investigadores hacen un llamado urgente a aplicar medidas de conservación y gestión para el uso del espacio de tiburones, pero resaltan también el potencial que tiene la vigilancia satelital casi en tiempo real, como el Global Fishing Watch, y del que México puede formar parte.
* Mariana Reyna es bióloga especialista en la elaboración, implementación y evaluación de proyectos de desarrollo sostenible, conservación y cambio climático en sistemas socio-ecológicos marinos y terrestres. Actualmente es directora de ciencia en @OceanaMexico.
Fuente:
Oceana México. (2019b, 27 agosto). ¿Puede la tecnología salvar nuestros mares? Recuperado 28 agosto, 2019, de https://www.animalpolitico.com/atarraya/puede-la-tecnologia-salvar-nuestros-mares/