La Universidad Politécnica de Madrid desarrolla un sensor portátil que permite detectar muestras biológicas.
La polución o las horas que pasamos delante del ordenador reduciendo los parpadeos pueden acarrear síntomas del ojo seco. El paciente que sufre esta dolencia deja de secretar lágrimas con normalidad y sufre irritación ocular, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento o visión borrosa.
Esta dolencia se manifiesta por una disfunción de las glándulas lagrimales o lágrima evaporativa. Para agilizar su diagnóstico, el Grupo de Óptica, Fotónica y Biofotónica de la Universidad Politécnica de Madrid ha desarrollado un biosensor óptico portátil que permite digitalizar la detección de muestras biológicas in situ mediante dispositivos Point of Care (PoC) sin recurrir a un laboratorio.
La enfermedad afecta en algún grado a un 15% de la población mayor de 60 años, según Francisco José Muñoz Negrete, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Esta tecnología, desarrollada desde 2008 por el Centro Biomédico Tecnológico permite detectar in-vitro concentraciones de nanogramos por mililitro de material biológico (bacterias, virus, proteínas…) como en los análisis de un laboratorio. “La ventaja competitiva es poder tener el diagnóstico in situ, y que puede ser manipulado por personal no cualificado”, cuenta Miguel Holgado, investigador principal del equipo. “De este modo se emplazaría en la consulta médica reduciendo el tiempo de espera”, asegura.
La polución o las horas que pasamos delante del ordenador reduciendo los parpadeos pueden acarrear síntomas del ojo seco. El paciente que sufre esta dolencia deja de secretar lágrimas con normalidad y sufre irritación ocular, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento o visión borrosa.
Esta dolencia se manifiesta por una disfunción de las glándulas lagrimales o lágrima evaporativa. Para agilizar su diagnóstico, el Grupo de Óptica, Fotónica y Biofotónica de la Universidad Politécnica de Madrid ha desarrollado un biosensor óptico portátil que permite digitalizar la detección de muestras biológicas in situ mediante dispositivos Point of Care (PoC) sin recurrir a un laboratorio.
La enfermedad afecta en algún grado a un 15% de la población mayor de 60 años, según Francisco José Muñoz Negrete, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
Esta tecnología, desarrollada desde 2008 por el Centro Biomédico Tecnológico permite detectar in-vitro concentraciones de nanogramos por mililitro de material biológico (bacterias, virus, proteínas…) como en los análisis de un laboratorio. “La ventaja competitiva es poder tener el diagnóstico in situ, y que puede ser manipulado por personal no cualificado”, cuenta Miguel Holgado, investigador principal del equipo. “De este modo se emplazaría en la consulta médica reduciendo el tiempo de espera”, asegura.
Fuente: El pais