Un material que imita al cartílago y que ha sido creado recientemente por unos investigadores podría un día permitir que los cirujanos impriman en 3D piezas con las que reemplazar a las naturales de la rodilla y cuyas formas estén hechas a medida para la anatomía de cada paciente.
Las rodillas humanas incluyen un par de amortiguadores integrados llamados meniscos. Estos trozos de cartílago con forma de oreja, situados entre los huesos del muslo y la espinilla, amortiguan cada paso que damos. Pero el desgaste de muchos años de vida, o un único percance durante un partido de fútbol o actividad física potencialmente peligrosa, pueden dañar de forma permanente estos soportes esenciales, provocando dolor y un mayor riesgo de desarrollar artritis.
Después de alcanzar la adultez, nuestro menisco posee una capacidad limitada de regenerarse. Los cirujanos pueden intentar reparar un menisco dañado, pero a menudo debe ser retirado de forma parcial o completa. Los implantes disponibles no alcanzan la resistencia y la elasticidad del cartílago original o no son biocompatibles, lo que quiere decir que no sostienen el crecimiento de células para que se regenere la zona.
El nuevo material emula las características del cartílago de los meniscos humanos. Además, mediante impresión 3D es posible fabricar con él piezas a medida para cada paciente.
El material basado en hidrogel desarrollado por el equipo de Benjamin Wiley, de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, es el primero que alcanza en fortaleza y elasticidad el cartílago humano. Además, se puede fabricar mediante impresión 3D y es capaz de permanecer estable dentro del cuerpo. Para demostrar lo bien que podría funcionar en implantes, a los investigadores les bastó usar una impresora 3D de 300 dólares. Gracias a las excelentes cualidades del material, el equipo de Wiley logró crear con la modesta impresora meniscos a medida para un modelo de plástico de una rodilla.
Fuente: Noticias de la Ciencia