No es la primera vez que vemos una impresora 3D capaz de imprimir metal. La NASA utiliza estos dispositivos para crear, por ejemplo, motores experimentales. Sin embargo, sí que es la primera vez en la que una impresora es capaz de crear formas complejas con hebras de metal, casi como si dibujara en el aire.
El dispositivo es obra de un grupo de investigadores del Instituto Wyss de Ingeniería inspirada en la biología, dependiente de la Universidad de Harvard, y acaba de publicarse en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La impresora es capaz de imprimir estructuras complejas de metal sin ningún material de soporte. Su secreto es una tinta especial compuesta de nanopartículas de plata. Un láser en el cabezal de impresión hace que el compuesto fluido se solidifique nada más salir de su punta. Finalmente, un sistema de tres ejes capaz también de girar libremente permite dibujar estos alambres en cualquier forma imaginable. Un sistema especial de transferencia de calor impide que el cabezal se atasque incluso dibujando ángulos rectos.
Las fibras metálicas de estas estructuras son diminutas (Cada una más fina que un cabello humano) pero son flexibles y una manera ideal de fabricar conexiones complejas para todo tipo de aplicaciones en biología y medicina. Hasta es posible imprimir circuitos sobre un sustrato de gel. Como método de fabricación, en definitiva, abre la puerta a toda una nueva categoría de dispositivos médicos.