Unos investigadores han demostrado cómo una serie de células humanas y animales pueden impresas en construcciones muy complejas de tejidos.
El interés por imprimir tejidos vivos en 3D ha crecido en los últimos años, pero desarrollar una forma efectiva de usar la tecnología ha resultado ser difícil, sobre todo porque controlar de forma precisa la posición de las células en 3D es algo que cuesta hacer. A menudo se mueven dentro de las estructuras impresas, y el andamiaje blando impreso para sostener las células puede hundirse sobre sí mismo. Como resultado de ello, sigue siendo un reto imprimir tejidos vivos en alta resolución.
Ahora, el equipo de Alexander Graham y Hagan Bayley, de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, ha ideado una forma de producir tejidos en células autocontenidas que sostienen las estructuras para mantener su forma.
Las células fueron colocadas dentro de gotitas protectoras del orden de los nanolitros, envueltas por un recubrimiento de lípido, que pueden ser ensambladas, capa a capa, para formar estructuras vivas. Producir tejidos impresos de esta forma mejora la tasa de supervivencia de las células individuales, y permitió al equipo superar a las técnicas actuales al construir cada tejido gota a gota, hasta alcanzar una resolución mayor.
El objetivo final de esta línea de investigación y desarrollo es fabricar tejidos vivos tridimensionales que puedan mostrar los comportamientos y la fisiología básicos encontrados en los organismos naturales. Hasta la fecha, existen pocos ejemplos de tejidos impresos que tengan la arquitectura celular compleja de los tejidos nativos. Por lo tanto, el equipo de Graham y Bayley se centró en diseñar una plataforma de impresión de células a alta resolución, a partir de componentes relativamente baratos, que pudiera ser utilizada para producir tejidos artificiales con una complejidad apropiada a partir de una serie de células, incluyendo células madre.
Los investigadores esperan que, con un mayor desarrollo, dichos materiales puedan tener una amplia implantación en la sanidad mundial. Entre las aplicaciones posibles está el dar forma a modelos reproducibles de tejido humano que puedan eliminar la necesidad de los ensayos clínicos con animales. La nueva técnica también podría revolucionar la medicina regenerativa, permitiendo la producción de tejidos complejos, por ejemplo cartílago, capaces de reparar, mejorar o mantener en buen estado zonas del cuerpo enfermas o dañadas de otros modos.
Fuente: NYCT