Se ha conseguido crear un proceso revolucionario para imprimir en 3D dispositivos sensoriales electrónicos que podrían proporcionar a los robots la capacidad de sentir su entorno. El descubrimiento es también un paso importante hacia la impresión de electrónica en piel humana real.
Este tejido electrónico estirable desarrollado por el equipo de Michael McAlpine, de la Universidad de Minnesota en Estados Unidos, tiene muchos usos prácticos. Colocar este tipo de “piel biónica” en instrumentos quirúrgicos avanzados proporcionaría a los cirujanos la capacidad de “sentir táctilmente” aquello sobre lo que estuviesen actuando, lo que les facilitaría más la labor que usando solo cámaras como se hace ahora. Estos sensores podrían facilitar que otros robots caminasen con un mejor dominio del equilibrio e interactuasen con su entorno.
El nuevo tejido podría también usarse para imprimir electrónica sobre piel humana real. Esta tecnología ponible, quizás catalogable de “definitiva”, podría acabar siendo la mejor opción para monitorizar la salud de modo constante, y también servirles a los soldados en el campo de batalla como “sexto sentido” con el que detectar la cercanía de explosivos u otras sustancias peligrosas.
Todas las capas de “tintas” usadas en los sensores flexibles del tejido pueden fijarse a temperatura ambiente. La impresión 3D convencional que usa plástico líquido es demasiado caliente para su uso sobre la piel, y además el resultado es demasiado rígido para la libertad de movimientos que debe tener el cuerpo humano.
McAlpine obtuvo reconocimiento internacional en 2013 al integrar electrónica y nanomateriales novedosos impresos en 3D para crear una “oreja biónica”.