La época decembrina hace propicia la reflexión respecto a retomar el mapa de ruta a nivel individual y familiar, pero sobre todo participar en la construcción de un futuro a nivel de la sociedad humana, esto es repensar ante los retos que enfrentamos como sociedad global.
Vivimos una era científico-tecnológica, la cual se nutre de nuevos conocimientos provenientes de la investigación y el desarrollo (I+D), tan es así que las naciones que se ubican en un nivel de mayor desarrollo son las que destinan más recursos a la investigación.
Según la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) la inversión en ciencia y tecnología en el mundo aumentó en 19% entre 2014 y 2018, también mostró que existen enormes disparidades, EU y China representan el 63% en tanto que 4 de cada 5 países solo invierten menos del 1% de su PIB en (I+D), México solo el 0.5%, por lo que el poder científico y por ende económico, sigue estando en los países que más invierten en ciencia y tecnología.
Si bien será el binomio ciencia-tecnología, mediante el cual superaremos la pandemia y otros retos, también es cierto que por el desequilibrio global, unas son las que desarrollan tecnología, la mayoría son usuarias, mediante los mecanismos de mercados, que profundizan sus rezagos y por ende su dependencia tecnológica, perpetuando su vulnerabilidad.
La pandemia ha venido a evidenciar ésta gran desproporción, ya que solo el 1% de la población de los países pobres se ha vacunado con una sola dosis, las naciones con ingresos medianos bajos el 25%, Sudáfrica, donde surgió el Ómicron, registra una tasa de vacunación del 23%, mientras que los países ricos tienen una tasa de vacunación del 70%, según Mamta Murthi del Banco Mundial.
Dada la persistencia del virus, están surgiendo nuevas variantes, con mayores riesgos de infectividad y más resistencia a las vacunas que hoy existen, por lo que los científicos estiman que se requerirán nuevas vacunas, que implican nuevas investigaciones, si bien es cierto que las primeras vacunas fueron desarrolladas por organismos públicos, las cuales por decisión de los gobernantes las vacunas se privatizaron.
Cuando se logró la vacuna de Oxford los investigadores se comprometieron a regalarla, pero le concedieron la patente a perpetuidad a AstraZeneca, en los EU sucedió lo mismo con Pfizer, cuya vacuna fue creada por una investigadora.
Las grandes farmacéuticas recibieron las patentes de las vacunas, sin compartir sus ganancias con los organismos públicos y con la población, ¿porque les concedieron las patentes a las trasnacionales farmacéuticas? Por un proceso siniestro que les permitió a los multimillonarios establecer la política de salud con base al capitalismo-neoliberal.
El costo de vacunar a las naciones pobres se estima sería de 50 mil mdd, frente a los ingresos de los multimillonarios que lograron, como consecuencia de la pandemia que fueron 1.8 billones de dólares. ¿ acaso parece justo?
Por una parte Biden pide que se liberen las patentes, mientras que sus representantes en la Organización Mundial de Comercio, presionan para que no se liberen, basados en los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS).
Por la codicia y la indiferencia capitalista, los millonarios y sus aliados políticos, omiten el grave riesgo: si no se vacuna a todos los habitantes del planeta, surgirán nuevas variantes, corriendo el riesgo de que las vacunas pierdan efectividad; ya han muerto por covid más de 5 millones personas a nivel mundial, ¿a cuantos se incrementarán?
Por otra parte, según Umair Haque, nos enfrentamos a un punto de inflexión de la economía global, reflexionemos, todos los bienes que consumimos provienen de la naturaleza, pero dada la contaminación, los efectos del cambio climático, y sobre todo la explotación irracional de los recursos naturales, para mantener altas tasas de ganancia para las grandes trasnacionales, se presenta una crisis inflacionaria global, porque ya no hay los recurso naturales suficientes, para mantener el mismo nivel de consumo que tenía la economía global
Urge construir ideas en torno a una globalización socialmente responsable para superar la desigualdad sustentablemente, requisito indispensable es sumar la energía social, para dinamizar la creatividad con ética, es decir aplicar la eudaimonia.