En medio de la pandemia se han desatado otros virus, no solo los informáticos, también están las teorías de las conspiraciones, que al igual que las pandemias son contagiosas y virales, perpetúan el sentido paranoico de permanecer en el poder y lograr la hegemonía, tecnológica, económica y militar, es el pan de cada día de la geopolítica global: Rusia, China, EU, Brasil, Venzuela, entre otros; por su parte Bolivia y Chile han recuperado su destino democrático, pero los ultra derechistas están conspirando ya la revancha.
En México se evidencian ambiciones, afanes protagónicos, odios políticos y personales, el conflicto del agua en Chiuahua, los transgénicos, los permanentes ataques a los programas y proyectos federales, los fideicomisos, el quiebre del pacto fiscal.
El propósito de desestabilización son pretenciones de poder de los ultraderechistas mexicanos, como de los que están perdiendo privilegios, que lograron gracias a la corrupción insertada como virus, en el ADN de los gobiernos neoliberales, por la impunidad también caldo de cultivo de la delincuencia, los feminicidios, y del avance del crimen organizado, cuyo empoderamiento, a costa del sufrimiento de la sociedad, ya se han internacionalizado.
Esto y más sucede, cuando lo que se requiere es la unidad y la fortaleza de la función pública de las naciones, como cause de los esfuerzos de toda la sociedad para vencer un problema global, que no se ve, que se pueda superar en el corto plazo. El contexto forma parte de la lógica del modelo de mercado-neoliberal, porque la valorización de la sociedad está centrada en la acumulación de capital.
Dadas las condiciones de desigualdad y pobreza que prevalecen, desde la era pre-pandémica, se están replicando y profundizando, solo las empresas trasnacionales como Amazón, Microsoft, Google, Facebook, Apple, y las farmacéuticas, entre otras, registran grandes ganancias.
En nuestra entrega anterior planteamos que solo una economía social, que ponga en el centro del modelo al ser humano, podría impulsar a la humanidad hacia una sociedad mas justa, sin violencia, ni discriminación, podría erradicar la pobreza y generar estrategias y mecanismos para reducir los impactos negativos del cambio climático, como de la acelerada contaminación.
Según José Luis Coraggio una economía social, es la transición hacia una economía centrada en el trabajo y no en el capital, es una alternativa sistémica, dentro de una matriz de racionalidad reproductiva, sustentada en la solidaridad, con relaciones de producción, de intercambio y cooperación que propicie la suficiencia y la calidad, en cuyo centro esté el ser humano y su bienestar o bien vivir, donde el trabajo sea un deber social y un derecho humano, en este contexto el empleo no estaría sujeto a la inversión como variable determinante sino al deber social y a la solidariad.
Con este esquema se erradicaría, según Coraggio, el canibalismo económico entre los seres humanos, que alenta el libre mercado y la especulación financiera, fundamento del modelo capitalista neoliberal-trasnacional, que busca en las naciones emergentes y empobrecidas, recursos naturales, y mano de obra barata, además de donde contaminar.
Una sociedad centrada en lo humano equilibrando el progreso económico con la resolución de los problemas sociales mediante un sistema que integre de manera avanzada el ciberespacio y el espacio físico, este es el concepto de la Sociedad 5.0 que presentó el primer Ministro Japonés Shinzo Abe en la feria CEBIT 2017, modelo ya vigente, porque forma parte del Plan Básico de Ciencia y Tecnología de Japón para el periodo 2016-2020.
Este modelo social, a diferencia del esquema Alemán de la Revolución 4.0 que ubica en el centro a la industria, la Sociedad 5.0 es una sociedad conectada, que supera a países inteligentes como Signapur y a Dubai, porque 5.0 es una sociedad hiper conectada y super inteligente, donde el Big Data, el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, y los robots, tanto humanoides, como industriales y asistentes, forman parte de una infraestructura digital y fisica en red, al servicio de toda la ciudadanía.
¿Cual debe ser el modelo que todos los mexicanos debemos crear, de tal suerte que se reduzca la desigualdad, la pobreza y la violencia criminal? En nuestra próxima entrega lo comentaremos.