En la Cumbre Internacional Progresista, recientemente celebrada en Argentina, científicos, filósofos y funcionarios se reunieron para debatir sobre las crisis que están sacudiendo a todas las naciones y todas la formas de vida, las depredadoras consecuencias del colapso del capitalismo en su fase neoliberal, tanto en lo económico como en lo ambiental, están arruinando las perspectivas de la humanidad, de no generarse un modelo alternativo económico-ambiental y socialmente incluyente, no habrá futuro para la humanidad.
Fue en esa reunión donde Chomsky advirtió que “la existencia de la humanidad enfrenta la convergencia de crisis de alto impacto sin fronteras, como las catástrofes ambientales, la amenaza nuclear, las pandemias de virus y bacterias, como la destrucción de las democracias y el riesgo latente de una guerra civil en los EU.
En este contexto cobra relevancia el binomio Cambio Climático-Crisis del agua, lo inesperado, es que por el calentamiento se está acelerando exponencialmente la producción microbiana de metano en las aguas dulces del planeta incrementando hasta un 140% sus emisiones, precipitando el calentamiento global a niveles nunca vistos.
Por diversas causas, siendo una de las principales el cambio climático, la desertificación avanza cada vez más rapido, estimandose que para el 2025 cerca de mil 800 millones de personas vivirán una escaces absoluta de agua.
Aunque la mayor parte del planeta esté cubierta de agua, el 97% es agua salada, solo el 3% es agua dulce, pero el 2% está congelada en los glaciares y solo el 1% es la que se destina a las actividades humanas y ecológicas; anualmente se extraen 4.3 billones de metros cúbicos de agua dulce de las cuenca hidrológicas, de los cuales el 70% se aplica a la agricultura, el 19% a la industria y el 11% al consumo humano.
En el caso de Mexico el 64% de los suelos del país presentan problemas de degradación, el más importante es la erosión hídrica que afecta a más de 72 millones de hectáreas del territorio nacional. México es un país que necesita agua como un factor estratégico.
En este marco de referencia los tratados internacionales del uso y distribución de agua revisten una importancia cada vez mayor como la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre EU y México que data desde 1889, pero en 1944 se le denominó “Tratado en Referencia para la Utilización de Aguas de los Rios Colorado, Tijuana y Bravo”.
Si bien las condiciones fueron desfavorables para México, cabe precisar que a partir del atentado ocurrido del 11 de septiembre del 2001, el tratado es observado como un Asunto de Seguridad Nacional, tanto para México como en EU, por lo que resulta una irresponsabilidad que por cuestiones electoreras en Chihuahua, no se dimensione el riesgo de un conflicto internacional.
En noviembre del 2012 se firmó la Minuta 319 por la Comisión Internacional de Límites y Aguas, la cual fue considerada como una renegociación del tratado de 1944, sobre todo en lo referente a las medidas respecto a los posibles efectos del cambio climático, se asentó en la minuta 319, aprobandola Felipe Calderón y su Director de CONAGUA, que ambos países reconocen un periódo interino en el cual, se maneje el Río Colorado a la luz de la variabilidad histórica y su potencial incremento futuro, debido al cambio climático, planteándose una reducción en las entregas de agua a México, en función de la altura de la superficie del lago Mead. En el tratado no se definió en que consiste la sequía extraordinaria, ante las perspectivas del siglo XXI.
Sin embargo los siete estados norteamericanos realizaron, sin considerar a México, un plan para manejar el Río Colorado en el contexto de una sequía de 19 años.
La ley de aguas nacionales buscó sujetar el recurso hídrico nacional a las fuerzas del mercado, siendo la CONAGUA de ese entonces, la impulsora de la privatización del agua, al grado tal que 70% de las aguas concesionadas están en manos del 2% de los titulares, incluyendo 77 mil concesiones a privados cuando correspondían a territorios indígenas. La privatización de recursos estratégicos como el agua pone en alto riesgo a la seguridad nacional.