La Republica mexicana tiene un gobierno federal, 32 gobiernos estatales, y 2 mil 462 municipales, incluyendo las 16 alcaldías de la Ciudad de México, todos con planes de desarrollo económico.
Cada una de ellos refleja la diversidad y diferentes grados de desarrollo, los comportamientos de las economías estatales y municipales muestran dinámicas donde el juego de interéses de gupos económicos y del crimen organizado, son en la práctica cotidiana los que definen ritmo y dirección de las economías, estando en su mayoría, ausente los derechos humanos y las necesidades insatisfechas de los habitantes, que padecen los flagelos tanto de la falta de empleos bien remunerados y de prestaciones sociales, como la violencia en multiples formas.
Resultado de las elecciones del 6 de junio, 16 entidades federativas serán gobernadas por MORENA, por el PAN 8, el PRI 4, Movimiento Ciudadano 2, el Verde una y el PES una; según cifras del INEGI las entidades que gobernará Morena aportan el 51.72% del PIB nacional, la diferencia 48.28% entre los Estados que Gobernarán los 5 partidos restantes, las del PAN representan el 16.6%, el PRI el 14.99%, Movimiento Ciudadano 13.59%, el PES el 1.22% con Morelos y el Verde 1.88% con San Luis Potosí.
En cuanto a la deuda subnacional, integrada por los Estados y Municipios generada en las administraciones neoliberales, del 2006 al 2020 se incrementó en más de 160 mil millones de pesos, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, llegando a sumar 637 mil 477 md pesos.
Si bien se registraron entidades con cero deuda como Tlaxcala y Queretaro, por bloque de entidades a gobernar por los partidos al PAN y al Movimiento Ciudadano les corresponde el 19% respectivamente, de la deuda subnacional, al PES con Morelos 0.9%, al Verde con San Luis Potosi el 0.8%, a las 4 entidades que gobernará el PRI les correspende el 17.1%.
Compactando las entidades federativas en los 5 partidos su deuda subnacional representa el 56.8% del total, mientras que a las 16 entidades que gobernará MORENA tienen la carga del 43.2%.
En materia del índice de Desarrollo Humano, según el reporte publicado por aregional, que se integra con 7 rubros:educación, salud, vivienda, seguridad, cohesión social, ingreso y alimentación; la media nacional es el 53.77 puntos, a las entidades que gobernará Morena alcanzan en promedio 52.77 puntos, por debajo de la media nacional, las entidades gobernadas por los otros 5 partidos alcanzan en promedio los 40.28 puntos debajo de la media nacional.
La preocupación aumenta cuando se observa que los Índices Estatales de Innovación, publicado por aregional, dejan mucho que desear, puesto que las 16 entidades morenistas alcanzan en promedio 21 puntos en una escala de 100, 27.78 puntos las entidades del PAN, 19.89 puntos las agrupadas en el PRI, el Verde con 24.56, Las integradas en Movimiento Ciudadano con 41.7 puntos, y Morelos del PES en 29.70 puntos. Cabe precisar que los estados con más puntajes son Distrito Federal y Nuevo León con 69.30 y 56.79 puntos, dichas entidades son consideradas como de Media-alta Innovación. En consecuencia el nivel de innovación es insuficiente para dar soporte al desarrollo económico.
Lo anterior evidencia que para disminuir la desigualdad, se tienen que superar los rezagos regionales, sobre todo en aquellas entidades donde la marginalidad persistente es histórica, como Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Nayarit, Veracruz, Hidalgo, entre otras, pero también se requiere escalar las economías de los estados que han venido registrando avances sustantivos, como Nuevo Leon y Querétaro entre otros.
En la nueva integración económica, es evidente la inoperancia del modelo sustentado en el fundamentalismo del capital, del mercado y de la privatización de empresas públicas, es urgente pasar de los rendimientos decrecientes de este capitalismo, a los rendimientos crecientes sustentados en la disponibilidad de recursos naturales estratégicos, como del desarrollo tecnológico que debe surgir de las universidades públicas, un desarrollo endógeno desde las localidades y de las entidades federativas, articuladas en redes de investigación y desarrollo vinculadas a las dinámicas productivas de los diversos sectores empresariales, esto permitiría dar respuesta a los rezagos, combatiendo la pobreza y la desigualdad.