“La corrupción adopta muchas formas y es un cáncer universal” dijo Peter Eigen Presidente de Transparencia Internacional, en México la corrupción ha depredado la dignidad social, en un índice donde 10 es altamente limpio y 0 es altamente corrupto, México registró en 2002 el 3.6 en esa escala, lo que evidencia que Enrique Peña Nieto no inicio la corrupción, pero si la incrementaron él mismo y su banda de llamados tecnócratas, con su inmoralidad y falta de ética, como la carencia total de una vocación de servicio, para muestra un botón, 12 gobernadores en fuga y un ex Secretario de Estado como candidato presidencial, todos ellos hundieron al país colocándolo entre las naciones más corruptas del mundo, al hacerlo descender al nivel 2 del Índice de Percepción de la Corrupción en 2017, niveles como los de Venezuela, Nigeria, Etiopía y otros.
La corrupción en México a través de la impunidad ha empoderado al crimen organizado y a la delincuencia, los datos los evidencian, más de 30 mil desparecidos, más de un millón de delitos denunciados, un incremento del 23% en homicidios dolosos entre 2016 y 2017, el año más violento, con más de 700 feminicidios en lo que va del 2018, y más de 10 mil desde 2012, múltiples agresiones sexuales y mutilaciones.
Este escalofriante panorama nos hace sentir que habitamos en un cementerio, como dice Jorge Volpi, sin confianza en nuestras autoridades, ni en nuestras instituciones, las cuales las han desgastado, ya que funciona mejor el crimen que ellas, porque son los criminales los las dominan, los ministerios públicos y juzgados, son fábricas de inocentes y de culpables según sea el precio, ese es el costo de la corrupción.
En la parte económica, de acuerdo al Índice de Bonos de Mercados Emergentes de J.P. Morgan, el riesgo país de México se situó en 214 puntos el 1º de Junio de este 2018, cuando en 2017 cerro en 188 puntos y en 2007 era de 71 puntos, lo que refleja que el país no tiene capacidad para cumplir con las obligaciones de la Deuda Externa.
El índice de gini muestra la desigualdad en una sociedad, donde el cero es ausencia de desigualdad, y el uno es desigualdad extrema, en el caso de México este índice ha llegado al 0.8, lo que significa que el 80% de la riqueza está en manos del 10% de la población, problema de alta gravedad, según los describe Alicia Barcena Secretaria Ejecutiva de la CEPAL cuando presentó su informe del Panorama Social de América Latina, por lo que las reformas estructurales solo han sido instrumento para una mayor concentración de la riqueza en pocas manos.
Avanzar por un camino de mayor igualdad social, no solo es un imperativo ético en un México, donde la brecha social lastima y enoja, sino que también es una condición imprescindible para lograr un crecimiento en la productividad, internalizar y difundir la revolución digital, como también transitar hacia la sostenibilidad ambiental y proveer un marco institucional, que permita vivir en paz, como resultado de un mayor bienestar social.
La unidad que pide Peña Nieto frente a las demencias de Trump, deben sustentarse en el bienestar social y económico de los mexicanos, está obligado a regresar la dignidad social a los que padecen la discriminación salarial y económica, a los que les ha robado los derechos humanos al privatizarlos como el agua y la salud, entre otros.
La fragilidad y alta vulnerabilidad del mexicano de a pie, frente a la criminalidad y la corrupción, están asociadas a la creciente pobreza masiva, en medio de un entorno internacional agresivo y depredador, es un detonante de inestabilidad política. Dado el contexto que vivimos, tal parece que la dignidad social y humana, es parte de una filosofía del absurdo.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta que la rabia social se traduzca en acciones? Una de ellas puede ser el voto el próximo 1º de Julio, cuando nos demos cuenta que la elección se ha transformado, como lo dice Jorge Volpi, en un plebiscito entre la continuidad de un régimen cada vez más dictatorial e irracional, representado por José Antonio Meade, o dar el salto hacia algo que aún no se conoce bien, pero le cabe el beneficio de la duda, porque lo prioritario es transformar a un México que se desangra. ¿no lo cree usted?