La hegemonía económica y tecnológica de los EU tiende a declinar ante el surgimiento de China, Rusia, India y Sudáfrica; Biden busca un fortalecimiento con el G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido) cuya participación en PIB mundial pasó del 67% al 45% cuando China alcanza ya el 18% por sí sola.
Biden celebró entre el 11 y el 16 de junio de este 2021, tres reuniones por demás estratégicas, la primera con el G7 en Cornwall Inglaterra, la segunda con la OTAN (Organización de la Alianza del Tratado del Atlántico Norte, que integra a 29 naciones) y la última con el Presidente Ruso Vladimir Putin; el propósito es restaurar la deteriorada confianza en las Alianzas Transatlánticas, debido al ciberespionaje, de la Agencia de Seguridad Nacional, a los mandatarios de Francia y Alemania, con la complicidad de Dinamarca.
Partiendo de la premisa de que todo evento humano que sea valorado económicamente, es susceptible de inteligencia y contra inteligencia económica; se observa la pérdida de la relevancia financiera del G7 en la insostenibilidad del orden financiero, económico y tecnológico a nivel internacional, al excluir a los países en desarrollo.
Mientras tanto, se registra un ascenso de las economías asiáticas, donde el desarrollo tecnológico es contundente, sobre todo en China y Rusia; según el Instituto de Estudios Internacionales de China, las naciones europeas no están de acuerdo en convertir al G7 en un bloque democrático contra China.
Los EU si bien todavia es un país hegemónico, también es cierto que ha venido destruyendo el orden internacional, con sus constantes intervenciones, basándolas, en acusaciones sin fundamento como sucedió con Iraq y ahora con Rusia, por los ataques cibernéticos a empresas como Colonial Pipeline.
Este panorama se complica aún más con el crecimiento acelerado y sin regulación suficiente de las trasnacionales tecnológicas como Google, Apple, Amazon, Facebook, Microsoft y Twitter, cuyo poder se sustenta en la influencia que ejercen en la sociedad a través de las redes sociales, con gran capacidad de censurar y manipular la opinión de millones de personas en todo el mundo, especialistas como Vasant Dhar del Centro de Data Sciencie de la Universidad de Nueva York, sugiere se nacionalicen.
Pero el control de esos grandes coporporativos lo tienen los giga-bancos y el Consejo de Innovación de Defensa del Pentagono, el “pero” surge cuando se observa que las redes sociales no están reguladas, por lo imponen su discresionalidad, por encima de la propia constitucion, erigiéndose en un poder corporativo plutocrático, sin control de ningun gobierno y operando a nivel mundial.
Este condicionamiento de la vida de las naciones fue tema de Vladimir Putin con el Presidente Biden empezando por extender 5 años el tratado de reducción de armas estratégicas, a fin de lograr una “estabilidad estratégica internacional” sobre todo por que existe una letalidad mayor, que en otros tiempos, por las nuevas armas tecnológicas, que podrían llevar a la humanidad a una guerra de extinción de ominosa distopía.
El neoliberalismo como modelo económico se orienta hacia un esquema unipolar, una hegemonía que por su naturaleza monopólica desembocaría en una escisión de la sociedad, mayor desigualdad y pobreza, con migraciones masivas sin respuesta a sus necesidades, solo exintición.
Las grandes tecnológicas constituyen ya un poder monopólico que compiten o superan a numerosas naciones, sustituyen a instituciones democráticas, legales y legítimas, restringen el derecho natural de las poblaciones a decidir por sí mismas, manipulando información, la cual filtran acorde a sus intereses, las grandes tecnológicas se asemejan a un cabayo de troya tecnológico para obtener el poder mundial.
La guerra económica es tecnológica, la guerra de vacunas es tecnológica, la lucha para detener los efectos del cambio climático es tecnológica, la guerra por la vida es tecnológica.
México, debe tener como columna vertebral del plan nacional, al desarrollo tecnológico, una economía social antineoliberal sin desarrollo tecnológico no logrará sus postulados de disminuir la desigualdad social, la estructura productiva nacional, los pequeños productores manufactureros y del campo, no serán competitivos, sino generan procesos y productos, con alto contenido de conocimiento, sin tecnología no habrá desarrollo, solo más pobreza.