El concepto de cultura, deriva de un complejo proceso histórico, desde el término colere del latín, que tenía un amplio rango de significados (Austin, 2000), hasta la perspectiva de las ciencias sociales, de donde se desprenden diversos enfoques como el antropológico, el sociológico, la estética y la psicoanalítica.
En este caso se ha considerado el concepto de cultura, desde la perspectiva antropológica, dado que integra los valores, las costumbres, las normas generadas por la sociedad a la que se pertenece, estilos de vida, formas o implementos materiales y la estructura social.
Para Martha Harnecker (Harnecker, 1976 ), la sociedad se organiza en dos ámbitos: la infraestructura y la superestructura; la primera está determinada por el modo de producción y éste está definido por las relaciones sociales de producción; por lo que la superestructura está determinada por la infraestructura. En la superestructura convergen la cultura, la ideología y la filosofía, que sustentan a la sociedad, en un momento histórico determinado.
En esa perspectiva estructural, la cultura define los patrones cotidianos de comportamiento de la sociedad, determinada hoy por los avances tecnológicos los cuales propician, la formación de nuevas creencias, nuevos mitos, nueva intersubjetividad, transformando las costumbres heredadas.
Los dispositivos tecnológicos móviles, tienen alto impacto en la dinámica social, los cuales están conectados a la llamada nube, la cual está formada por los millones de servidores integrados en centros de datos, propiedad de los grandes corporativos tecnológicos, creando una nueva cultura, donde el modelo de negocio, ya sea en la práctica productiva, como en el esparcimiento y en sí en todas las relaciones sociales, ha consolidado una filosofía individualista sustituyendo valores sociales, que se sustentaban en la cooperación y la colectividad social.
Hoy prevalece la cultura del capitalismo tecnológico mutante, fabrica nuestros deseos que se transforman en necesidades, vendiéndonos vía on line, lo que nos hicieron ver y desear a través de la publicidad y siguen fomentando la proletarización del trabajo y el talento tecnológico. (Varoufakis, 2024)
En esta era tecnológica-digital, no toda imagen es arte, pero toda imagen transmite mensajes, formando percepciones para crear valores, que no corresponden a las ideas, emociones y sensaciones de los artistas humanos.
El arte digital se identifica más con la publicidad, que tiene como objetivo promover un producto o servicio, es un mensaje que seduce y engaña, para despertar la necesidad del producto; la propaganda pretende influir en la opinión y comportamiento de las personas, hacia la aceptación de una ideología, propuesta política o régimen de gobierno.
En este 2025 se observa, que en la medida que el desarrollo tecnológico ha venido avanzando, cada vez, impacta más en toda actividad humana, en diferentes formas y grados, la mayoría de la población, somos usuarios, la reglamentación es aún insuficiente, ni se diga de la ética, que realmente brilla por su ausencia, incluso en aplicaciones en salud, pero sobre todo en los conflictos bélicos, que este 2025, se registran 43 guerras activas, (Wikipedia, 2025), incluyendo la guerra de Ucrania-Rusia y el genocidio de los palestinos por parte de Israel, sin dejar de nombrar la violencia del crimen organizado.
El arte, la cultura y las imágenes, no están exentas del profundo impacto de los desarrollos tecnológicos, por lo que las formas tradicionales de las diversas expresiones artísticas y culturales, ya se han trastocado, verbigracia la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) (Cawley, 2025) registra un acelerado crecimiento, sobre todo con las aplicaciones del cómputo cuántico, que junto al Edge Computing, potenciarán aún más a la IA.
Estamos entrando al paradigma geoeconómico, impulsado por la Inteligencia Artificial, donde la información y el desarrollo de algoritmos, cada vez más robustos e independientes, están llevando a la automatización, a una mayor eficiencia de los procesos económicos, dado que los líderes de empresas digitales, reclaman cada vez mayores beneficios económicos (Noah, 2024).
Después de la 2ª guerra mundial la humanidad vivió un mundo polarizado, los avances tecno-económicos, llevaron al mundo a un capitalismo neoliberal, hoy la geotecnología nuevamente está llevando a la sociedad global a la bipolaridad por la lucha por la hegemonía mundial. Son choques culturales, la IA bajo una dictadura corporativista, o bajo una dictadura de Estado.
Primera Parte ¿La IA Creará una Nueva Cultura Social
Bibliografía
Austin, M. T. (23 de marzo de 2000). Para comprender el concepto de cultura. UNAP Educación y Desarrollo(1), 13.
Harnecker, M. (1976 ). Los Conceptos elementales del materialismo histórico. Madrid , España: Siglo XXI editores S.A. / 36va edición.
Noah, H. Y. (2024). Nexus: Una breve historia de las redes de información desde la edad de piedra hasata la IA. Ciudad de México, México : Penguin Random House Grupo Edotorial S.A. U.
Varoufakis, Y. (10 de Febrero de 2024). Somos humildes siervos de los señores de la nube: bienvenidos al tecnofeudalismo. EL PAÍS(version digital), págs. version digital/ https://elpais.com/ideas/2024-02-11/somos-humildes-siervos-de-los-senores-de-la-nube-bienvenidos-al-tecnofeudalismo.html#?rel=mas_sumario.

