Vivimos crisis globales que impactan a todo ser humano y a toda forma de vida, estamos frente a un desafío global en una línea de tiempo hacía dos disyuntivas: hacia una forma de vida superior o a la extinción, mediante una sociedad distópica marcada por la violencia y la crueldad.
El Cambio Climático, la persistente Pandemia, la desigualdad, generada por la precarización de las economías subdesarrolladas, la inflación global, la migración masiva, una tecnología centrada en gran medida al armamentismo genocida, la creciente criminalidad y la corrupción en todas sus formas y niveles, sin faltar el resurgimiento de fuerzas políticas antisociales y racistas.
Identificar sus fronteras significa dimensionar cuáles son los conocimientos científico-tecnológicos que tenemos que desarrollar y aplicar, cuáles son las normas y leyes que se tienen que legislar, cuáles son los mecanismos para cambiar al sistema de mercado, por una economía social, sustentable e incluyente, pero sobre todo una cultura global de valores colaborativos-sinérgicos. Los obstáculos son los intereses financieros, políticos y hegemónicos, propios de un modelo capitalista-neoliberal, cambiarlo es necesario e impostergable, pero lograrlo no es ni fácil ni rápido.
Los países industrializados han sustentado su crecimiento en los combustibles fósiles, explotando irracionalmente los recursos naturales y humanos del planeta, son los principales emisores de gases de efecto invernadero; El Laboratorio de Desigualdad Global, publicó que un estadounidense emite en promedio anual 20 toneladas de dióxido de carbono, un europeo 10 toneladas, China 8 toneladas y América Latina 4 toneladas, sin embargo las regiones latinoamericanas y africanas registran las peores sequías en 50 años, además las inundaciones por los huracanes; por lo que los deudores del Cambio Climático son las naciones Industrializadas.
En el Reporte Mundial sobre la Desigualdad 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se describe que el 1% de la población que concentra los mayores ingresos en México, generan 44 veces más contaminación, que el 50% de los mexicanos que se localizan en la parte media y baja de la pirámide.
Las naciones industrializadas, están obligadas, por un lado a reconvertir su economía hacia procesos verdes, sin lesionar los acuerdos comerciales ya establecidos, además aportar fondos para que los países más rezagados puedan enfrentar los efectos del Cambio Climático.
A pesar de que en el 2009 las naciones industrializadas se comprometieron a proporcionar 100 mil mdd, no solo no lo han cumplido, sino que además, en caso de que aportarán el equivalente al 70%, lo harían en forma de préstamos, es decir que para esas naciones es negocio.
La indolencia de los ricos se evidencia también, en los paraísos fiscales: las Islas Vírgenes Británicas, las Bermudas, Islas Caimán y Andorra, sin faltar claro los propios EU, capitales cuyo monto fluctúa entre 21 y 32 trillones de dólares, provenientes tanto de evasores de impuestos, como del crimen organizado, según la Financial Secrecy Index
La organización de análisis científicos Airfinity declaró que distintos países destinaron más de 8 mil 600 mdd en investigación para lograr las vacunas contra el COVID, sin embargo son 6 las farmacéuticas: Johnson & johnson, Pfizer, Astra Zeneca, Moderna, Biotech y Novavax, que además de ser las propietarias de las patentes, su valor bursátil se incrementó a más de 350 mil mdd. Mientras no se vacune a todos los habitantes del planeta, no se podrá erradicar el COVID, pero la indolencia de estas trasnacionales para liberar las patentes y apoyar a las naciones pobres es insultante.
Impulsar un cambio en el proceso histórico, para cambiar la ruta hacia la extinción, implica, como lo dice Umair Haque, es poner al ser humano y la vida en el centro de los sistemas Políticos y de gestión pública, así como lograr un cambio en los modelos económicos, pasar de la maximización de la ganancia con un mínimo costo, propia del libre mercado, al fundamento de Impacto negativo mínimo para un impacto positivo máximo, luchar por el futuro es rescatar que como especie somos seres sociales que nos cuidamos unos a otros y a toda forma de vida y no vida que nos rodea. La lucha por el futuro es hoy.
La Indolencia de los Ricos Ha Propiciado las Crisis sin Fronteras “Por una Lucha por el Futuro”