La vida académica en la actualidad contempla, la pedagogía, la didáctica, el aprendizaje ubicuo y el aprendizaje individualizado, en un contexto donde la conectividad es de permanente escalamiento, siendo la pandemia del covid el acelerador hacia una híper-conectividad.
Nos enfrentamos a una competencia en desventaja, por una parte está el predominio tecnológico de los corporativos trasnacionales, por otra parte la infraestructura tecnológica en las Instituciones de Educación Superior, es muy limitada, sobre todo las de las naciones rezagadas como México. ¿Cuantas tienen Big data Nube? ¿Cuantas operan con inteligencia artificial, redes neuronales y lógica difusa?
En los inicios del siglo XXI se registró el proceso de convergencia tecnológica (J. Echeverría 2008) dando lugar al sistema tecnológico integrado por la Nanotecnología, Biotecnología, las Tecnologías de Información y las Ciencias Cognitivas (NBIC), constituyéndose un campo tecnológico en expansión constante, de las capacidades humanas. La Inteligencia Artificial (IA), se ha posicionado como un eje transversal, generando profundos impactos en toda actividad humana a nivel global.
¿Pero qué es la IA? La Asociación Americana de Inteligencia Artificial, la considera como la comprensión científica de los mecanismos que fundamentan el pensamiento y el comportamiento inteligente y su incorporación en las máquinas (O. Cairó 2011, p.2); para J. McCarthy es la ciencia y la ingeniería de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de computadoras inteligentes; para Herbert Simon, Premio Nobel de Economía 1978, son artefactos inteligentes que exhiben un comportamiento que sería relacionado al concepto de inteligencia, si fuera realizado por seres humanos.
De hecho, la IA son procesos de programación de algoritmos, instalados en sistemas de cómputo que imitan la inteligencia humana, su aplicaciones son muy diversas, desde asistentes virtuales como Alexa, Siri, Cortana, Aura, Bixby, Irene y Sara; los motores de búsqueda como Google, y claro los Sistemas de Conocimiento Automático (Machine Learning) y Conocimiento profundo (Deep Learning), la automatización cibernética es IA, por supuesto no pueden faltar los Chatbots, como el que ha causado sensación, denominado Chat GPT del cual ya hablamos en ésta misma tribuna.
Vivimos la híper digitalización y la automatización en constante expansión, en una sociedad que se caracteriza entre otras cosas por la creciente generación de conocimiento, la mercantilización de todo lo que existe y se produce, como una profunda y creciente desigualdad, sin quedar atrás los grandes volúmenes de información, fenómeno considerado como dataísmo (Yuval Noah Harari 2017, pp. 400, 422) “son flujos de datos y el valor de cualquier entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos… el dataísmo adopta un enfoque estrictamente funcional de la humanidad y tasa el valor de las experiencias humanas, según su función en los mecanismos de procesamiento de datos”.
El lanzamiento por la empresa OPENAI en diciembre del 2022, del ChatGPT, que se fundamenta en la IA, ha levantado un debate en el sentido que modificará profundamente los procesos educativos, cabe señalar que según Zawacki-Ritchre( et alt 2019) la intervención de la AI en materia de aprendizaje tiene tres décadas de investigación, en materia de categorías como, la colaboración en actividades docentes, personalización de itinerarios de aprendizaje y acompañamiento en las actividades del estudiante.
Las tendencias que se han venido visualizando, en los procesos de aprendizaje personalizado y ubicuo, son la realidad virtual y aumentada, como el metaverso, aunque es oportuno mencionar el Consenso de Beijing sobre la AI y la Educación, al que se llegó en la Conferencia Internacional sobre IA y Educación, organizada por la UNESCO en 2019, de dicho consenso cabe destacar que se promoverán las políticas necesarias para lograr la integración sistemática entre la AI y la educación, innovando la docencia y el aprendizaje, acelerando la formación de modelos educativos con la flexibilidad suficiente, para lograr un aprendizaje permanente, equitativo y de calidad, con miras a dar cumplimiento a los Objetivos del Desarrollo sustentable.
Se visualiza que el docente no será sustituido por la AI, pero si está obligado a comprender la convergencia tecnológica y social, su desempeño como docente está ya en función, tanto de los conocimientos científicos pertinentes, como de un alto sentido ético y social.
La Inteligencia Artificial en la Educación ¿Eliminará al Docente del proceso de aprendizaje