La discriminación de la mujer viene desde las formaciones de las primeras familias, cuyas formas de organización son resultado de un profundo proceso histórico, de la familia punalúa (Engels , 2017), que eran formas grupales, prevaleciendo la línea materna y la poliándria, para pasar a las llamadas familias sindiásmicas, ya monogámicas, sustentadas en el patriarcado, y la propiedad privada, dejando de lado el papel de liderazgo de la mujer, ahí se gestó la desigualdad de género.
Para Teresa de Lauretis (Teresa, 1989) en su obra de Tecnología de Género, plantea al género como una representación de una relación social, una posición de clase, ligadas a los procesos económicos, como a la desigualdad social; si bien los significados cambian en cada cultura, a lo largo del proceso histórico, todo sistema sexo-género está intimamente interconectado con factores políticos, económicos, tecnológicos y por supuesto con los ideológicos, en una economía de mercado neoliberal, la mujer siempre será discriminada a pesar de las posiciones discursivas de sus dirigentes.
En la filosofía de la ciencia, la tecnología y el género (Gonzalez Garcia & Perez Cedeño , 2002), comparten un objetivo político, que es la oposición al sexismo y al androcentrismo en la práctica científica, la exclusión de las mujeres en el mundo de la ciencia y la tecnología, a lo largo de su lucha han creado una conciencia de su segregación, a consecuencia de los diversos obstáculos que han venido enfrentando, para superar su estatuto epistémico, de hecho es un frente de lucha constante.
A pesar de los múltiples obstáculos y ataques discriminatorios 61 mujeres han recibido el premio nobel (Redacción, 2023), desde 1903 en que la primera mujer llamada Marie Curie recibió el nobel de física; de las 61 mujeres galardonadas 5 fueron en Física, 16 en Literatura, 17 recibieron el nobel de la paz, 8 en Química, 13 en Fisiología y Medicina, y 2 en Economía.
Debido al avance de la hiperconectividad global, ha surgido la llamada economía remota, la cual, según Economist Impact y DocuSign (B, 2024), se refiere a todas aquellas actividades económicas que habilitan las soluciones digitales; según ésta organización 25 millones de mujeres y 10 millones de personas de la 3ª edad podrán insertarse a un empleo remoto para 2030, lo cual representa una oportunidad para las mujeres.
No obstante, el sector tecnológico todavía registra una brecha de género importante, ya que de los puestos directivos en este sector, las mujeres solo ocupan el 26%, para superar esta cifra es importante que las mujeres se inserten al paradigma de lo que se conoce como STEM, es decir que su formación debe estar sustentada en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pero también los conocimientos pertinentes en materia de Innovación, en sus siete áreas, como innovación de materias primas, de fuentes de materias primas, de proceso, de producto, de organización, de mercado y la formación de redes, sobre todo hoy que está el fenómeno del nearshoring.
El desarrollar conocimientos STEM posibilitará la inserción de las mujeres en áreas como la ciberseguridad, que es un campo muy demandante de talentos, sobre todo femeninos, dado que las mujeres se inclinan más por los valores éticos y el compromiso laboral, aunque todavía en este sector hay una desigualdad salarial, puesto que a las mujeres les pagan el 12% menos que a los hombres, según el reporte de Cybersecurity Workforce Study, quien también publicó, que en Ciberseguridad la participación laboral de las mujeres se incrementó del 11% en 2013 al 24% en 2022.
Cerrar las brechas de género a nivel global, no solo es un mandato humano, sino una estrategia económica empresarial y de las organizaciones públicas; desde la perspectiva de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, el número 9 que se refiere a la industria, innovación e infraestructura, las mujeres se están quedando atrás, en los rubros de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, de cada tres puestos de investigación sólo uno es ocupado por mujeres, ya no se diga en la Industria de Inteligencia Artificial, donde la falta de equidad de género fortalece la prevalencia de los hombres.
Mujeres por su Igualdad de Género En la Ciencia y la Tecnología_compressed
Bibliografía
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Teresa, L. (1989). Technologies of Gender, Enssays Theory, Film and Fiction. Mcmillan Press, 1-30.