Para Freeman Dyson, existen tres fronteras de la ciencia, la primera se describe a partir del teorema de Gödel, que planteó en 1931, demostrando que en cualquier sistema lógico se pueden formular aseveraciones que no se pueden probar, ni desaprobar, es la indecibilidad; la segunda frontera es nuestro universo inexplorado, que se está expandiendo sin cesar, en el espacio y en el tiempo; la tercera frontera, la constituye la complejidad, siempre creciente de las moléculas, las células, los cerebros, los seres humanos y las sociedades; finalmente, la cuarta frontera, surge al integrarse el conocimiento neurocientífico, con la computación, dando origen a la neurotecnología, donde la Inteligencia Artificial (IA), tiene un papel preponderante, sobre todo si consideramos el planteamiento de uno de los precursores de la Inteligencia Artificial, como es Alan Turing, que en su obra “Maquinaria Computacional e Inteligencia” publicada en 1950, formuló la pregunta ¿pueden pensar las máquinas? Después de un acucioso análisis asentó “no se cual sea la respuesta correcta…solo podemos ver una corta distancia delante de nosotros, pero podemos ver ahí, muchísimo de lo que se necesita hacer”.
Hoy vemos a la neurotecnología como la convergencia científico-tecnológica, del conocimiento neurocientífico, con la Inteligencia Artificial, insertada en la computación, articulándose al sistema nervioso central de los humanos.
A pesar de que la ciencia ficción ha tenido su aportación, ya en la actualidad la neurotecnología ha ganado credibilidad y reconocimiento, en los procesos científico-tecnológicos actuales, por los avances en materia de imanes para observar las neuronas, como la tomografía computarizada, la tomografía por emisión de positrones, sin faltar la imagen por resonancia magnética, siendo Paul Lauterbur y Peter Mansfiel los creadores de esta tecnología no invasiva.
La otra tecnología, es la estimulación cerebral profunda, que consiste en la inserción de implantes, mediante la intervención quirúrgica, si bien es invasiva, superó con creces al tratamiento electroconvulsivo, considerado un exceso para los pacientes, los beneficios fueron evidentes, en tratamientos de Parkinson y a pacientes parapléjicos.
La aplicación de la neurotecnología, abarca el campo de la generación de implantes, para restaurar los órganos sensoriales, también conocidos como receptores biológicos, siendo estos el oído y la vista, restableciendo su conexión, con los impulsos eléctricos, que el cerebro procesa, para captar la realidad.
Sin lugar a dudas que la aplicación que tiene un contexto más allá del sector salud, es la neurotecnología orientada a la ampliación, de la capacidad del sistema nervioso, que se puede lograr a través de dos procesos, uno de ellos es mediante la inserción quirúrgica de un micro-dispositivo en el cerebro, y el otro es a través de la encefalografía, mediante un sensor en la superficie del cráneo, para captar, los impulsos nerviosos del cerebro.
A ésta neurotecnología se le conoce como Interfaces Cerebro Computo (BCI) sus aplicaciones van de control de prótesis, de robots, como de programas informáticos, sin faltar su aplicación en los procesos como el neuromarketing, que cada vez tienen más demanda.
La neurotecnología es un conjunto de métodos, computadoras y prótesis inteligentes, cuya aplicación es el registro de señales del cerebro humano, para traducirlos en comandos de control técnico, con el propósito, de manipular la actividad cerebral, a través de estímulos eléctricos u ópticos, de ésta forma la persona realice una determinada actividad, sin que ésta sea por voluntad propia.
En este contexto cobra relevancia la pregunta ¿quién podrá declararse culpable o inocente, de un crimen, o autor de una novela, si mi mente no es ya un lugar impenetrable? Dice Rafael Yuste, líder del proyecto Investigación del Cerebro a través del Avance de Neurotecnologías Innovadoras (BRAIN).
Sobre todo porque ya hay trasnacionales, como BlackRock Neurotech, Neuralink y Synchron, entre otras, que están desarrollando sistemas de BCI ingresando al mercado dispositivos por un valor superior a 423 mmdd.
¿Cuáles son o deberían ser los límites de las grandes trasnacionales, que todo privatizan, privilegiando la alta rentabilidad? Los riesgos éticos y regulatorios son muy grandes, el neuro riesgo es de tal magnitud, que a la desigualdad económica y social, se le agregaría además la desigualdad mental, ¿lo que significaría que el concepto del YO desaparecería?