Los Derechos Especiales de Giro (DEG), según el Fondo Monetario Internacional (FMI), son un activo potencial frente a las monedas de libre uso, de los 184 países que forman parte, primer su valor fue el equivalente a 0.888671 gramos de oro fino , que también era equivalente a un dólar. A partir de 1969 los DEGs son un activo de reserva internacional para complementar las reservas oficiales de los países. Actualmente su valor, se determina diariamente con base en una cesta de monedas integrada por: el dólar, euro, libra y el yen. Estas divisas son de los países ricos, siendo el FMI el instrumento directo para el manejo del sistema de pagos de las deudas de los países miembros
Si bien el FMI se planteó, en su creación, el propósito de contribuir al buen funcionamiento de la economía mundial, mediante la cooperación internacional; teniendo dentro de sus funciones el seguimiento y asesoramiento en las políticas económicas de los países deudores, por lo tanto, es el que impone condiciones que favorecen a las naciones desarrolladas, para que en los intercambios comerciales se les garantice beneficios.
Otro propósito del FMI fue el desaparecer el patrón oro del sistema Bretton Woods, que lo logró en 1973. Desde entonces el arbitraje de las paridades y el control de las deudas de las naciones se convirtieron en los instrumentos de intervención e imposición del capitalismo-neoliberalismo en las economías de los países agremiados.
Es ostensible que la desigualdad entre los países miembros, no solo no ha disminuido, sino que se ha incrementado por las deudas, generalmente impagables, brecha que se profundiza con los efectos de la pandemia del COVID.
En este contexto el FMI el 2 de agosto anunció la liberación de 650 mil millones de dlls en DEGs, con el objetivo de proveer liquidez adicional al sistema económico mundial mediante el fortalecimiento de las reservas internacionales de los países miembros.
Sin embargo, la desigual asignación denota la verdadera intención, ya que del monto anunciado el 64.2% es para las naciones ricas, el 32.61% para las economías emergentes, entre ellas México y solo el 3.23% para las naciones más pobres; esta distribución desigual se basa en las cuotas que aportan los países miembros, claro, no está en función de las necesidades de las naciones, porque entonces la distribución debiera ser exactamente a la inversa.
La intención es fortalecer el modelo capitalista-neoliberal global frente al avance de otros mecanismos financieros de las naciones asiáticas, como el ciber-yuan que operará mediante el International Payments System de China, en el cual participarán los bancos rusos agredidos por las sanciones norteamericanas y los bancos de las naciones que se han ido sumando a las tres rutas de la seda, con las cuales China tendrá influencia en más del 80% del comercio global, todo esto fuera del System Swift de los EU que ha venido controlando las transacciones financieras de más de 21 mil bancos a nivel global, en este contexto se visualiza el fin de la era del dolarcentrismo, y el ya insostenible sistema Swift.
Organismos globales como el Swift, el Banco Mundial, el FMI, la OTAN y la OEA, han sido creadas y defendidas como política global dominante de las naciones capitalistas-neoliberales, que se han servido de ellas. Sin embargo la hegemonía norteamericana, ya está llegando a su fin, dado su endeudamiento, la desaceleración de su desarrollo tecnológico y su fracaso militar en Afganistán, ya no podrá sostenerse, por la incertidumbre y la inseguridad, así como por su paranoia ante el terrorismo internacional. Ya no más la política del garrote imperialista.
El desarrollo tecnológico de las naciones asiáticas, principalmente de China, que en tan solo 20 años ha remontado a niveles inusitados, están logrando construir un nuevo modelo global, a través del “Foro Boao para Asia 2021”, equivalente al Foro Económico Mundial de Davos , con la participación de empresas como Apple, Tesla, Blackstone, y Bridgewater Associates, donde los asuntos internacionales y los negocios competitivos, basados en mayor intensidad de conocimiento, deben ser tratados en un contexto donde el futuro se construya con la participación de todas las naciones en equidad de trato.