Del asombro al temor, son los sentimientos que nos generan los avances tecnológicos, sobre todo cuando observamos que los desarrollos tecnológicos van a una velocidad superior a la de su regulación y a las aplicaciones éticas, predominando la rentabilidad financiera de mercado, antes que el sentido social, en medio de esto vemos que la brecha tecnológica, es resultado de una brecha de conocimiento.
Porque las naciones hegemónicas, se han inclinado a favorecer el desarrollo de los grandes los corporativos tecnológicos, industriales, comerciales y el de las armas, mediante políticas neoliberales, con aplicaciones nacionales e internacionales, a través del dominio del dólar en el comercio internacional y de organismos financieros, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco mundial.
Cuyos financiamientos no tienen como objetivo, reducir la pobreza, fortalecer la salud, la educación, la seguridad alimentaria, superar la desigualdad y reducir los efectos del cambio climático, como la pérdida de la biodiversidad. Pero si imponen condiciones de Política Económica a favor de las trasnacionales. La brecha de conocimiento fundamenta la brecha científico-tecnológica.
La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) depende de grandes volúmenes de información que la sociedad produce, son mentes mecánicas con una gran capacidad de almacenamiento y velocidad de relacionar datos identificando patrones, para generar respuestas, a nivel de descripciones y predicciones, sin llegar a una explicación, aciertan o se equivocan, no distinguen entre lo moral o inmoral, no aprenden porque carecen del pensamiento crítico, que es propio del ser humano, la IAG es entrenada, no formada como los humanos, aún así hay quienes piensan que van superar a los cerebros humanos.
Sin lugar a dudas que la investigación en estas tecnologías desarrollarán más capacidades, pero acaso ¿seremos rebasados por la Inteligencia Artificial? Podría ser, pero la humanidad como especie tiene recursos que superan cualquier plan impuesto, tiene el recurso de la creatividad colectiva, dado que el sentido humano se desarrolla por medio de un proceso de formación, como lo es la educación (Fernando , 2022) que es un proceso que parte desde las determinaciones naturales, al ámbito de la cultura, por eso la humanidad en colectivo, puede hacer un uso infinito de medios finitos, creando ideas y teorías con alcance universal, y eso no lo puede hacer la Inteligencia Artificial Generativa.
En este sentido Louis Rosenberg (Louis, 2023) fundador de Unanimous realizó una investigación sobre la Super Inteligencia Colectiva, con el objetivo, no de reemplazar el intelecto humano, sino de amplificarlo conectando a grandes grupos de personas en sistemas super-inteligentes, que puedan resolver los problemas que ningún individuo podría resolver por sí solo.
Se fundamentó, en lo que los biólogos denominan la Inteligencia de Enjambre, que es la que aplican, como estrategia de sobrevivencia, diversas especies, como peces, abejas y aves entre otras; por lo que estos enjambres biológicos constituyen sistemas interactivos para autodirigirse, sin ningún líder, en el tránsito de búsqueda de alimento y de refugio.
A partir de diversas experiencias colectivas para concertar a grupos y subgrupos humanos respecto a determinado fenómeno, las diversas opiniones convergen en promedio con lo más acertado, algo así como el método delphi, pero a nivel masivo, lo que lo llevó a la construcción de una tecnología denominada Inteligencia de Enjambre Conversacional (Conversational Swarm Intelligence CSI).
Es una super inteligencia impulsada por humanos, cuya flexibilidad permite que grandes grupos de personas deliberen sobre cuestiones complejas aprovechando la creación humana más poderosa, que es el lenguaje.
No hay ninguna nación que se encuentre en condiciones óptimas para encarar el siglo XXI, nos enfrentamos a problemas crecientemente complejos, por lo tanto la humanidad requiere de soluciones complejas (Carlg , 2023). Ésta tecnología de Inteligencia de Enjambre Conversacional, de cierta manera, es el reconocimiento de la relación entre el método científico y el procedimiento democrático.
Desde los albores de la humanidad la ciencia es el medio para conocer y entender la realidad de nuestro planeta, como del cosmos, en su complejo proceso transformador, la tecnología ha sido, es y deberá ser un conjunto de instrumentos que amplían las capacidades de la humanidad, para su beneficio y NO para someterla.