Las posibilidades abiertas por la tecnología en el mercado energético llevan el mismo camino que las ‘fintech’ con la banca tradicional: transformar un negocio estancado durante décadas.
Descifrar un recibo de la luz requiere de un conocimiento cercano a los dos rombos, no apto para todos los públicos. Entre cifras, porcentajes y medidas, como kilovatios hora, resulta fácil perderse. Igual de perdidos están la mayoría de consumidores si leen que el mercado energético cuenta ya con cerca de 300 empresas compitiendo por llevarle la electricidad a su domicilio. Sí, 300. Hay vida más allá del oligopolio formado por las cinco que copan el 97% del sector. La irrupción de nuevas tecnologías, como el big data y los algoritmos, ha supuesto el combustible necesario como para que centenares de compañías se hayan atrevido a salir de la oscuridad.
Al igual que la banca ha contado con las fintech como grandes agitadoras del negocio, en la industria eléctrica se atisba un proceso parecido. “En unos pocos años, quien no haya hecho una transformación digital en el sector, no estará. Quien se quede rezagado, perderá su posición”, advierte Emilio Rousaud, director general de Factor Energía. La organización que lidera se ha implicado en cuerpo y alma para producir una app a través de la que gestionar y controlar todo el consumo. Con los algoritmos que han desarrollado, más la optimización de las cifras desprendidas por el big data, intentan convertir los hogares en inteligentes y sostenibles. “En nuestra aplicación puedes hasta comparar tu gasto energético con el de tus vecinos y tomar las decisiones que más te convengan”, apunta.
La personalización del servicio es una obsesión para todas las empresas y la tecnología se ha convertido en una gran aliada. Emilio Bravo, CEO de Lucera, asegura que sin la gestión de grandes datos mediante algoritmos creados por ellos mismos sería muy complicado atender uno por uno a los clientes. “Tenemos una calculadora de ahorro abierta a cualquier persona. Preguntamos por tu suministro, el código de punto de suministro o el equipamiento en tu casa; lo cruzamos en tiempo real con más de 1.500 millones de datos; y generamos un informe energético personalizado con las recomendaciones oportunas”, explica.
Este desarrollo tecnológico que ha permitido aumentar la competencia en el sector eléctrico lo conocen a la perfección en Hola Luz. Una de sus confundadoras, Carlota Pi, afirma que desde que en 2011 produjeran un algoritmo para prever la demanda del cliente final y de los productores, las nuevas herramientas digitales disponibles han sido fundamentales para mejorar su servicio. “En siete años, lo hemos evolucionado con la ayuda de las matemáticas, el conocimiento del negocio y la aplicación de machine learning”, añade. En el mismo escalón de importancia para su compañía sitúa al big data. Argumenta que puede comprar energía, hacerla llegar al consumidor, competir en precios, tiempo y servicios gracias a esta tecnología.
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Mejor si toman las decisiones por ti
Hola Luz se preocupó durante cinco años de que sus clientes, alrededor de 130.000, estuvieran lo suficientemente informados de todo para que tomaran las mejores decisiones. Sin embargo, esta personalización del servicio sustentada en los algoritmos le ha hecho cambiar de opinión. “La gente no quiere estar un sábado entero para saber cuánto ha consumido. Gracias a la gestión exhaustiva de datos, sobre todo agregados, tomamos la iniciativa para ofrecer un servicio alejado de las complicaciones técnicas que tiene por sí mismo”, precisa Pi.
La tecnología se ha convertido en un elemento indispensable para todas estas eléctricas de nuevo cuño. Sus representantes incluso hablan de ellas mismas como empresas de base tecnológica antes que de una comercializadora de energía. Tal es la trascendencia digital que, por ejemplo, el trabajo de casi un tercio de la plantilla de Hola Luz está relacionado directamente con la técnica. “Las grandes compañías utilizan la tecnología para modelos de negocio con los que ganar más. Tienen buenas intenciones, pero no la suelen emplear para que el usuario tenga la mejor tarifa posible”, critica Bravo.
El sector eléctrico comienza a emitir señales de dinamismo, alejado del inmovilismo en el que ha operado durante décadas. La progresiva implantación del vehículo eléctrico, la optimización energética de las placas solares y un mayor autoconsumo son un campo abonado para la irrupción de nuevos actores, sobre todo empujados por su aplicación de las nuevas tecnologías. “En el corto plazo, en muy pocos años, lo digital tendrá un peso fuerte en este negocio. La innovación avanza a pasos agigantados y va a cambiar por completo el concepto de la energía que ahora mismo tenemos”, concluye Rousaud.
Fuente: Retina El Pais
Por: Jorge G. García