En el marco de Expoagro y en apenas 45 minutos, el ingeniero Hernán Ferrari, integrante del Grupo de Mecanización Agrícola del INTA mostró como el big data representa un avance tremendo para cada etapa de la secuencia agrícola. Es así como mostraron como una rastra de discos al hundirse en el suelo emite una señal eléctrica que recaba datos con geoposición de ph, salinidad y humedad que permiten conocer la variabilidad del lote y de esa manera poder generar estimaciones precisas relativas a la capacidad de siembra y fertilización del mismo.
Ferrari explicó que toda la información recabada será complementada con la que obtuvieron los satélites Saocom 1A y B, que la Conae pondrá en órbita a fines del 2019, los cuales brindarán por primera vez en la historia datos sobre la humedad del suelo con una precisión de hectárea por hectárea.
De esta forma se obtendrá un mapa digital que permitirá pasar a la preparación del lote para siembra, etapa en la que es fundamental aumentar la precisión y utilizar menos productos que impactan ambientalmente a la vez que se bajan los costos. Luego se llega a la etapa de siembra en la que el cuidado de la semilla y la velocidad de implantación son claves. Con este fin, Ferrari mostró una tolva con cinta transportadora que permite sembrar directamente a 14 kilómetros por hora, siendo la Argentina el primer país en llegar a esa velocidad.
Mientras esto ocurría en el aire apareció un dron de ocho hélices que sin necesidad de operación manual lleva fertilizantes y otros productos sólidos o líquidos al lugar exacto del lote que los necesita. En la cosecha, los mapas digitales y el piloto automático realizan pasadas perfectas y sin solapamiento, mientras la maquinaria interna interna cuida la calidad del grano y sube a la nube toda la información necesaria para que el operador calibre según sus necesidades.
Al final del proceso tolvas con cubiertas de alta flotación y que generan una compactación del terreno notablemente menor, llevan los granos que serán guardados en unas bolsas que poseen varias capas de plástico que rebotan los rayos ultravioleta, permitiendo guardar hasta por tres años y en perfecto estado la cosecha.
Fuente: Iproup