Las grandes empresas multiplicaron por cinco su uso de la tecnología ‘cloud’ en las semanas posteriores a la primera declaración del Estado de Alarma, el pasado 14 de marzo. El dato, suministrado por Hugo de los Santos, director de Cloud de Telefónica Tech, deja bien a las claras el salto cualitativo en el uso de la nube que se ha producido durante los últimos meses. Sin embargo, la adopción del ‘cloud’ puede ser más complicada de lo aparente; es un proceso que merece toda atención en un contexto empresarial en el que la eficiencia de cada euro puede ser incluso una cuestión de supervivencia.
Para analizar esta nueva etapa en la progresiva adopción del ‘cloud’ por las empresas, Cinco Días organizó recientemente, en colaboración con la consultora Capgemini, el desayuno online ‘La nueva era del ‘cloud’: por qué las empresas necesitan repensar cómo actúan en la nube’. Los siete ponentes coincidieron en una idea básica: el concepto de ‘cloud’ es muy amplio, y las idiosincrasias de cada empresa muy distintas. Por eso no hay una única receta ni soluciones mágicas.
De qué hablamos cuando hablamos de la nube
Jorge Villaverde, Chief Technology Officer (CTO) de Capgemini, dedicó su primera intervención precisamente a abrir el campo de juego: “El ‘cloud’ es un proceso de transformación tecnológica que podemos desplegar dentro de nuestras propias organizaciones; por eso no hay que hablar solo de ‘cloud’ pública. También es una cuestión de transformar nuestras propias capacidades tecnológicas”. Como dijo De Los Santos, “esto no va solo de infraestructuras, no es algo exclusivamente del departamento de Tecnologías de la Información” (TI).
En esa línea, Alberto Rosa, CTO de CaixaBank, señalóla eficiencia y la resiliencia como las dos grandes ventajas que aporta esta tecnología a las empresas: “La pandemia nos ha obligado a dar muchos pasos en el uso de la nube pública, pero tenemos aún mucho recorrido por hacer”, consideró. “El ‘cloud’ va mucho más allá de la función tecnológica, y se ha convertido en un pilar de la continuidad del negocio y de la ciberseguridad. El número de ciberataques se ha incrementado, y tener un apoyo en la nube ayuda para repeler esos ataques y facilita la recuperación, si es que llegan a afectar”, añadió. “La ciberseguridad es incluso más importante en la nube”, señaló por su parte Luis Carlos Fernández Ábalos, CTO Global de Mapfre.
El reto de las pymes
Para De los Santos, de Telefónica, las grandes empresas “han entendido que la adopción de tecnologías en la nube es una cuestión de supervivencia, como se ha demostrado con la pandemia. Pero me preocupa la situación de las pymes, que se han encontrado con el pie cambiado”. Según sus datos, solo el 20% de las pequeñas y medianas empresas está en la nube, muy por debajo de la situación en el resto de Europa. Y eso que la tecnología ‘cloud’ ha reducido los costes tecnológicos de las pymes a niveles impensables hace unas décadas: “Con 500 euros las nuevas empresas pueden empezar a funcionar, cantidades que se pueden pagar con la tarjeta de crédito”, dijo de forma gráfica Alberto Rosa, de Caixabank: “No hay riesgo al apostar por el ‘cloud’; hay riesgo por no apostar por el ‘cloud’. Soy optimista respecto a la evolución de las pymes que van naciendo”.
La nube no solo permite a las pymes acceder a unos servicios tecnológicos que no se podrían permitir de otra manera; además, por su propio tamaño, esquivan uno de los grandes problemas que sufren las grandes compañías en sus procesos de ‘cloudificación’: la difícil convivencia con los sistemas informáticos heredados, lo que se conoce como el ‘legacy’. Varios de los ponentes, representantes de grandes empresas con muchos años a sus espaldas, incidieron en este punto. “El cloud ofrece grandes posibilidades, pero hay que estudiar los costes, los problemas de ‘legacy’ y la regulación de los datos”, aseguró Amalio Rodríguez, CTO de Iberdrola. Luis Carlos Fernández Ábalos, de Mapfre, habló de “buscar el equilibrio. Más que pensar para qué quieres la tecnología ‘cloud’, preguntaría más bien por los servicios: para qué, con qué costes, cómo te afecta la regulación…”. Y Rosa, CTO de Caixabank, también señaló la importancia de las normativas, especialmente en un sector tan regulado como el financiero.
Muchos problemas nacen, según argumentó Fernández Ábalos, de la convivencia de los costes de los dos modelos: el ‘on premise’, es decir, la utilización de servidores e infraestructuras de la empresa, y el ‘cloud’: “Cuando empiezas a desviar servicios a la nube, al mismo tiempo estás reteniendo muchos costes en la estructura que ya tenías. Tienes que ir preparando el entorno y flexibilizando los servicios de las estructuras tradicionales”. “La convergencia entre los dos mundos [la nube y el ‘on premise’] es inevitable. El gran reto que tenemos todos por delante es adaptarnos”, añadió Teresa Verdú, directora de Global IT&S Infrastructure Services de Repsol.
Pero entonces, si no tienen el problema del ‘legacy’ y les permite mejor tecnología, ¿por qué las pymes no terminan de apostar por el ‘cloud’? De los Santos entonó el mea culpa: “Gran parte de la responsabilidad es de los que nos dedicamos a esto, que nos hemos acercado a las pymes como si fuesen grandes empresas. Hay que traducir los servicios en la nube a incremento de ingresos, a mejoras de la eficiencia. Si no, topamos con una barrera psicológica de entrada, porque lo ven como un gasto. ¿Cuántas pequeñas y medianas empresas no tienen siquiera su web o el Office en ‘cloud’?”, se preguntó retóricamente.
Manuel Tarrasa, Chief Information Officer (CIO) y CTO de Prosegur, también apuntó a la necesidad de una mayor pedagogía: “Es obvio: las pequeñas y medianas empresas no se pueden permitir Centros de Procesamientos de Datos [CPDs en la jerga del sector]. Si para alguien tiene sentido los servicios en la nube es para las pymes”. El ejecutivo explicó que la nube es un elemento fundamental de la estrategia de la empresa de seguridad, que prevé dejar en solo tres los 26 CPDs que tiene actualmente funcionando por todo el mundo, sustituyéndolos por servicios en la nube. Además, “cada vez nos estamos pareciendo más a una empresa de software, y en nuestra apuesta por la Inteligencia Artificial y la visión computarizada es fundamental la nube”, añadió.
Repsol también sustenta gran parte de sus apuestas de innovación -más de 190 programas abiertos- en la nube, según explicó Teresa Verdú, su directora global de IT&D Infrastructure Services. “Tenemos el 30% de nuestras infraestructuras en la nube, y nuestro objetivo es llegar al fin de 2022 con el 60 o el 65%”, aseguró.
Para la ejecutiva de Repsol, “se está produciendo un cambio claro en la forma de trabajar de los departamentos de TI, con el mundo de las infraestructuras mucho más cerca del de las aplicaciones. Tenemos que ofrecer más servicios en la nube para ganar autonomía, y para lograrlo nuestro rol debe cambiar, convirtiéndonos en una especie de gobierno de ese modelo unificado de operaciones, estén donde estén las infraestructuras”.
De los Santos también señaló la importancia de la transformación de los equipos -“sufrimos una carencia brutal de técnicos cualificados”- y de la cultura empresarial para sacar todo el partido de la computación en la nube. “Hemos visto como muchos procesos de transformación hacia el ‘cloud’ fracasaban porque la organización no está preparada culturalmente. Es como una parte oculta del iceberg. Se necesita personal cualificado con una mentalidad específica”, enfatizó. “Tenemos que entender que hay que dotar a los servicios de recursos, y eso incluye que todas las personas relacionadas con el servicio están alineadas. En las grandes organizaciones no somos vemos un ‘legacy’ de infraestructuras, sino también de cultura empresarial”, señaló Villaverde. Las máquinas se pueden cambiar con dinero, pero las personas que trabajan con ellas también deben adaptarse al nuevo entorno. De lo contrario, la transformación digital traerá muchos más dolores de cabeza de lo esperado.
Fuente:
Fanjul, S. C. (2020, 26 octubre). ¿Acabarán los ordenadores cuánticos con la criptografía tradicional? Recuperado 27 de octubre de 2020, de https://retina.elpais.com/retina/2020/10/27/tendencias/1603781734_907970.html