EEUU ha aprobado un ensayo que liberará polillas con un gen que acaba provocando la muerte de las poblaciones. El objetivo es reducir el uso de productos químicos para combatir las plagas y mejorar el rendimiento de los cultivos.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado una propuesta de la Universidad de Cornell (EEUU) para liberar polillas modificadas genéticamente que incluyen un gen que acabará con ellas. La iniciativa será ejecutada en una pequeña zona al norte del estado de Nueva York (EEUU) .
Los investigadores afirman que los insectos manipulados podrían convertirse en una herramienta libre de pesticidas para combatir los daños agrícolas provocados por la polilla del repollo (Plutella xylostella), una especie invasora conocida por destruir cosechas de repollo, coliflor y brócoli. La agencia ha decidido permitir el experimento porque considera poco probable que el ensayo de campo suponga un riesgo para el medio ambiente o la salud humana.
Desde la década de 1950, los científicos han producido insectos estériles mediante radiación para ayudar a reducir las poblaciones de plagas en las granjas. Pero si este experimento se lleva a cabo, representará la primera liberación a la naturaleza de insectos modificados genéticamente creados mediante una tecnología distinta a la radiación.
El ensayo de la polilla es un ejemplo del creciente interés (y ansiedad) por aplicar la edición genética a la agricultura. Los investigadores académicos y privados están empezando a sustituir la ingeniería genética en plantas para aplicársela a los insectos.
La empresa británica Oxitec, propiedad del conglomerado de biotecnología Intrexon, es el fabricante de las polillas. La compañía ha diseñado polillas de repollo macho que incluyen un “gen autolimitante”. Cuando los machos se aparean con las hembras, el gen se transmite a su descendencia y provoca que las hembras de la siguiente generación mueran antes de llegar a la fase adulta, lo que impide que se reproduzcan. La idea consiste en reducir la población de polillas en la zona donde se liberen los insectos. Además, incluyen un marcador de proteína fluorescente para rastrearlas y supervisarlas.
Las orugas, la versión infantil de la polilla, causan estragos en los cultivos, por lo que Oxitec dice que liberar polillas adultas no aumentará los daños. La compañía utiliza la misma tecnología para generar mosquitos Aedes aegypti machos, desarrollados para prevenir la propagación de ciertas enfermedades como el Zika, el chikunguña y la fiebre amarilla.
El entomólogo de la Universidad de Cornell que dirige el experimento, Anthony Shelton, dice que el ensayo de campo es necesario para obtener información sobre cómo deberían usarse estos insectos para controlar plagas. Shelton y su equipo lanzarán las polillas modificadas genéticamente en un campo de cuatro hectáreas propiedad de la universidad. El permiso federal permite liberar hasta 10.000 machos manipulados genéticamente a la vez, o hasta 30.000 polillas por semana, durante el transcurso de entre tres y cuatro meses.
Según Shelton, los estudios realizados en jaulas e invernaderos han demostrado que las polillas modificadas son eficaces para reducir la población de insectos. Pero los grupos locales y nacionales que se oponen a la liberación en campo abierto señalan que estos resultados aún no han sido publicados en ninguna revista revisada por pares.
Por su parte, el analista de política del Centro para la Seguridad Alimentaria de Washington DC, Jaydee Hanson, a su organización también le preocupa que el uso de las polillas modificadas genéticamente no ayude a reducir los pesticidas. “Hay otros insectos que se alimentan de estas verduras. Si todavía hay que rociarlas con los mismos productos químicos para eliminar otras plagas, ¿cuál es la ventaja?”, pregunta Hanson.
El Departamento de Conservación Ambiental del Estado de Nueva York todavía tendrá que aprobar el experimento para poder arrancar el ensayo. En 2015, la USDA dio permiso a Shelton para realizar un ensayo de campo similar. Sin embargo, la agencia se lo retiró porque no había notificado formalmente al público de su evaluación ambiental, que no mostró “ningún impacto significativo” para el medio ambiente y la salud humana.
El año pasado, los reguladores federales de EEUU aprobaron la liberación de los mosquitos modificados genéticamente de Oxitec, pero ese lanzamiento se ha retrasado. Oxitec ya ha liberado mosquitos modificados genéticamente en partes de Brasil, Gran Caimán (Reino Unido) y Panamá, y afirma que ha conseguido reducir las poblaciones de mosquitos de Aedes aegypti en esas zonas.
Fuente: MIT