Cada año, la industria pesquera descarta más de 7 millones de toneladas de moluscos como residuos no deseados y la gran mayoría de estos depósitos son arrojados en vertederos o al mar. El doctor James Morris y un equipo de investigadores de CACHE del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales están estudiando opciones ambientalmente y económicamente sostenibles para estos biomateriales.
“Las industrias de la acuicultura y de los mariscos ven las conchas de moluscos como ‘desechos molestos’ y en gran medida se descartan en vertederos”, lamenta el doctor Morris.
“No sólo es una práctica cara y ecológicamente perjudicial, es un colosal desperdicio de biomateriales potencialmente útiles”, afirma este investigador, que dará a conocer sus avances en la Reunión de 2017 de la Sociedad de Biología Experimental, que se celebra hasta el jueves en Gotemburgo, Suecia.
Una de las aplicaciones más interesantes propuestas por Morris es el uso de conchas desechadas para restaurar los arrecifes de ostras dañados y cultivar el crecimiento de nuevas ostras. La restauración de estos arrecifes requiere poco dinero y esfuerzo, pero puede tener enormes ventajas ecológicas. “Las poblaciones de mariscos saludables pueden tener muchos beneficios para el medio ambiente: limpiar el agua, proporcionar una estructura compleja para otros organismos y también actuar como una estructura de protección costera”, explica Morris.
Útiles para una economía circular
Las conchas de moluscos consisten en más del 95 por ciento de carbonato de calcio, que se utiliza en muchas aplicaciones agrícolas y de ingeniería. Las cáscaras trituradas se pueden esparcir en los campos de los granjeros para controlar la acidez del suelo o para alimentar a las gallinas ponedoras de huevos como un suplemento de calcio.
El carbonato de calcio es también un ingrediente común en la mezcla de cemento y se ha encontrado un uso adicional en el tratamiento eficaz de aguas residuales. Desafortunadamente, la gran mayoría del carbonato de calcio del mundo proviene de minería de piedra caliza ecológicamente dañina e insostenible.
“La reutilización de los desechos de las cáscaras es un ejemplo perfecto de una economía circular, sobre todo porque las cáscaras son un valioso biomaterial, no sólo mejora la sostenibilidad de la industria de la acuicultura, sino que también puede proporcionar beneficios económicos secundarios a los moluscos y procesadores”, dice Morris.
Al investigar cómo pueden actuar las conchas de los moluscos como una fuente secundaria de carbonato de calcio, Morris y su equipo esperan proporcionar una alternativa más sostenible a la piedra caliza de las minas y espera que su trabajo haga hincapié en el valor económico de reciclar estas cáscaras desechadas para un uso nuevo.
“El procedimiento adecuado para desechar residuos de conchas es en vertederos, lo que cuesta mucho dinero y puede ser una gran carga para los productores de mariscos y moluscos -dice Morris–. Simplemente, hallar un uso para las cáscaras con el fin de evitar llevarlas a un vertedero ya tiene valor económico”.
Fuente: Innovaticias