El sorgo representa una gran promesa como materia prima para la fabricación de combustibles menos contaminantes y productos químicos que ofrecen alternativas a los productos basados en petróleo. El sorgo puede potencialmente producir más energía por unidad de superficie de tierra en comparación a otros cultivos, mientras que requiere mucho menos insumos en términos de fertilizantes o productos químicos. Una nueva investigación examina cómo la mejora genética de los rasgos específicos del sorgo, con un énfasis hacia la sostenibilidad, podría ayudar a maximizar la utilidad del sorgo como cultivo bioenergético.
El trabajo fue realizado por investigadores de la Universidad de Florida en Gainesville, Universidad Estatal de Washington en Pullman, el USDA-ARS en Lincoln, Nebraska, y de la Universidad de Missouri, Columbia. Ponen de manifiesto la resistencia a enfermedades, tolerancia a inundaciones y composición de la pared celular como objetivos clave para la mejora genética del sorgo para la producción sostenible de combustibles renovables y sustancias químicas.
La mejora de la resistencia a enfermedades, especialmente a la enfermedad fúngica de la antracnosis o cancro, ayudaría a expandir el sorgo hacia tierras de baja productividad en el sureste de los Estados Unidos. Al hacer la cosecha más resistente a inundaciones, podría ser cultivada en terrenos propensos a inundaciones estacionales que normalmente no se utilizan para los cultivos alimentarios. Por último, haciendo cambios en la composición de la pared celular, el sorgo podría aumentar en gran medida el rendimiento de azúcares fermentables que luego se pueden convertir en combustibles como el etanol. Los investigadores están utilizando enfoques multidisciplinarios para realizar modificaciones genéticas relacionadas con los tres rasgos, con el objetivo de mejorar el sorgo para la energía renovable y la producción de sustancias químicas.