El sector del lujo es quizá uno de los que más partido pueden sacar a la tecnología blockchain. La cadena de bloques permite rastrear el origen y recorrido de cualquier producto, lo que puede facilitar el proceso de comprobar si un bolso de marca es auténtico o comprado en los chinos. Con el uso de blockchain se puede recibir una confirmación rápida y sencilla de la procedencia de los productos. Los grandes del sector ya lo saben y, por eso, LVMH —el conglomerado multinacional francés líder en lujo actualmente— se ha puesto manos a la obra y está explorando el potencial de esta tecnología.
Consciente de que la autenticación de productos y la transparencia en la cadena de suministro ya son dos prioridades para los consumidores de este sector en la era digital, LVMH lanzará entre mayo y junio de este mismo año un proyecto en colaboración con Certilogo para satisfacer estas necesidades. Louis Vuitton y Parfums Christian Dior serán las primeras marcas en ponerlo en práctica. “Cuando un líder con la reputación de LVMH decide que la autenticación de productos es un servicio esencial para los consumidores de productos de lujo, ha llegado el momento de que todas las marcas con líneas de lujo y premium presten atención”, explica Michele Casucci, fundador y director ejecutivo de Certilogo, según recoge Europa Press.
Certilogo es una empresa que proporciona servicios de autenticación a más de 80 marcas globales, y colabora en este proyecto para desarrollar la confianza, atraer a los consumidores mundiales más exigentes y añadir nuevo valor a la experiencia de adquirir productos de lujo. “Blockchain es una de las tecnologías más emocionantes de nuestra generación ya que muestra a los consumidores de dónde viene un producto, quién lo fabricó, de qué está hecho y si es auténtico”, explica Casucci.
El sector del lujo es el último que se ha sumado al uso de esta tecnología para saber de dónde vienen los productos. En un supermercado, podemos saber si los huevos son realmente ecológicos o si alguna prenda de ropa ha sido producida por mano de obra esclava. La firma Provenance, por ejemplo, lo hace con el pescado: cada parte implicada (el pescador, los transportistas, el distribuidor…) debe escanear un código QR asociado a cada caja de pescado, de manera que queda constancia de las manos que lo han tocado. Toda esa información, codificada en una cadena de bloques personal, intransferible e inalterable, es el llamado pasaporte del producto. El gigante estadounidense Walmart ya ha anunciado que usará blockchain para garantizar la trazabilidad de sus productos. La industria automovilística y los gestores de contenedores portuarios también están en ello.
Fuente Retina El Pais