Daniel Vallejo, Garikoitz Beobide y Oscar Castillo, investigadores del Departamento de Química Inorgánica de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU (España), en conjunción con del fondo de capital riesgo especializado BeAble Innvierte Kets Fund (BIKF), han constituido la startup Poretune para desarrollar las aplicaciones de un nuevo material metal-orgánico, poroso, nano-estructurado, ultraligero, semiconductor, con elevada estabilidad química y amplias capacidades catalíticas para su aplicación en campos relacionados con la industria de la automoción, el medioambiente y la energía.La tecnología que despliega la startup se apoya en una patente recientemente publicada por los promotores de PoreTune, Daniel Vallejo y los profesores Garikoitz Beobide y Oscar Castillo. Una patente además que germina de la tesis ‘Coordination compounds of organosulfur ligands as precursors of nanoestructured materials’ (Compuestos de coordinación con ligandos organoazufrados como precursores de materiales nanoestructurados) del propio Daniel Vallejo.
“En este punto, resulta crucial el apoyo de BIKF accionista de referencia que financia el desarrollo del proyecto de Poretune y que además toma un papel activo en la gestión del proyecto. El objetivo de BIKF consiste en transformar desarrollos tecnológicos en realidades empresariales industriales a través del aporte de capital, de capacidad de gestión de la transferencia tecnológica y de aspectos financieros, empresariales y estratégicos”, explica Garikoitz Beobide, profesor de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU.
El material patentado es un ‘aerogel metalorgánico’ que combina diferentes propiedades que no suelen aparecer de forma simultánea en este tipo de materiales, tales como su carácter poroso, extraordinaria ligereza, estabilidad térmica y mecánica, comportamiento plástico, gran capacidad de captura, tanto de diferentes moléculas orgánicas como de metales pesados y carácter semiconductor, por ejemplo. “El amplio abanico de posibles aplicaciones convierte a este material en una prometedora plataforma tecnológica. Sin embargo, en la fase inicial de esta iniciativa nos limitamos a los ámbitos de aplicación donde el impacto económico pueda ser mayor: automoción y energía”, expone Oscar Castillo, codirector de la tesis de Daniel Vallejo y cofundador de Poretune.
Los aerogeles están basados en geles que son sistemas coloidales capaces de mantener su forma, a semejanza de los sólidos, pero con densidades análogas a las de los líquidos (es decir, similares a las gelatinas alimenticias). Suelen estar formados por partículas muy pequeñas que se entrecruzan aleatoriamente entre sí para formar un esqueleto tridimensional donde queda atrapado el disolvente con el que se preparan los materiales y que suele constituir más del 95% del volumen total.
“El secado al aire o a vacío de un gel hace que la matriz sólida se contraiga y genere un material denso, a menudo, de escaso interés. Sin embargo, aplicando ciertos procesos, es posible eliminar el disolvente sin que tenga lugar dicha contracción. De esta manera, se obtiene el aerogel que es un sólido extremadamente ligero (entre 50-100 veces más ligeros que el agua) y muy poroso (del 90-99% de volumen total se encuentra vacío). En nuestro caso concreto, el aerogel, que presenta inusuales propiedades tales como la estabilidad química y conductividad eléctrica, está constituido por fibras 10.000 veces más finas que un cabello humano que se entrecruzan para tejer la red tridimensional que configura este material”, señala Daniel Vallejo, autor de la tesis y cofundador de Poretune.
“Ha de destacarse que esta iniciativa, junto a muchas otras, pone de relieve la intensa labor que llevan a cabo los investigadores de nuestra universidad y la gran relevancia que los estudiantes de doctorado y master aportan al desarrollo de ideas innovadoras y disruptivas. Asimismo, reafirma la importancia de involucrar a inversores especializados como BeAble Capital a la universidad para que se promueva la generación de nuevas empresas con base tecnológica”, afirma Vallejo.
Fuente: UPV/EHU