El aprendizaje activo o voluntario es un tema trascendental en educación, psicología y neurociencia. Durante años, numerosos estudios han demostrado que, cuando el aprendizaje se produce a partir de la acción voluntaria atención, hay una modulación de la, la motivación y el control cognitivo que hace que el proceso sea mucho más efectivo. En consecuencia, la memoria se ve beneficiada. Sin embargo, aunque se han identificado los procesos fisiológicos subyacentes en esta realidad en el cerebro de ratones, no se había corroborado su existencia en nuestra especie.
Ahora, un grupo internacional de investigadores liderados por el Profesor de Investigación ICREA Paul Verschure del laboratorio SPECS del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), en colaboración con la Universidad del Ruhr de Bochum (Alemania), la Universitat Pompeu Fabra y el Dr. Rodrigo Rocamora del Hospital del Mar, han identificado por primera vez en humanos, el mecanismo responsable de este fenómeno.
La clave reside en las oscilaciones de las ondas theta generadas por el hipocampo del cerebro humano, cuando es el cerebro quién posee el control del proceso de aprendizaje.
El trabajo, titulado “El aprendizaje voluntario promueve la codificación de la fase theta en el hipocampo humano”, y publicado recientemente en la prestigiosa revista científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America), se basa en un experimento llevado a cabo con pacientes de epilepsia que, en un juego de realidad virtual, navegaban por una pista cuadrada, ya los que se les pedía que registradasen imágenes de objetos en diferentes ubicaciones de la pista. La navegación podía ser activa, cuando los participantes controlaban libremente sus movimientos; o pasiva, si era otro sujeto quien planificaba el recorrido y, por tanto, quien decidía el orden de exposición de las imágenes. En esta segunda modalidad, por tanto, los sujetos no ejercían control sobre cómo memorizar los objetos dispersos en el entorno virtual.
El estudio de la actividad electroneurofisiológica del hipocampo y el testeo en el reconocimiento de los objetos al final del experimento, comprobará la importancia del aprendizaje activo en cada uno de los participantes. “En los sujetos que han tenido la posibilidad de llevar a cabo un cabo una navegación activa se identificaba un incremento de las oscilaciones que hacía más eficazmente el aprendizaje y la memoria posterior. Pero, además, lo que ocurrió era que se daban dos fenómenos consecutivos, separados por milisegundos. Uno de ellos correspondía a la codificación de la información; el otro, una recuperación de información almacenada previamente: la reactivación de la memoria ”, explica el Dr. Pacheco.
En efecto, los sujetos que pudieron navegar de forma libre por el entorno virtual promovían un código de fase theta que favorecía la fijación y recuperación de información, igual que ocurrió en los trabajos anteriores llevados a cabo con roedores. Estos resultados constituyen, por tanto, un puente entre los resultados experimentales en el modelo animal y la investigación de la memoria humana.
Las aplicaciones prácticas de este descubrimiento son amplias y de gran calado. “La identificación de estos dos distintos en las oscilaciones theta podría facilitar instantes intervenciones concretas. Por ejemplo, podríamos manipular la oscilación para eliminar recuerdos traumáticos o potenciar los recuerdos que se pierden por culpa de amnesias o de enfermedades neurodegenerativas ”, prosigue el Dr. Pacheco. Además, tiene una gran relevancia en el campo educativo, puesto que supone la confirmación empírica de que elementos como la motivación, el control cognitivo y la capacidad para decidir por uno mismo son claves para un aprendizaje eficaz.
“La trascendencia de este descubrimiento es enorme” señala al profesor Paul FMJ Verschure, autor sénior del estudio. “Hemos logrado llegar aquí después de más de 20 años de investigación y los resultados obtenidos son claros. Que la voluntad sea clave para la integración de la información en la memoria nos da argumentos para decir que, si convertimos a las personas en sujetos pasivos, si se las coacciona, su aprendizaje será peor ”.
Fuente: noticiasdelaciencia.com