Según las conclusiones de una polémica investigación, el cannabis puede revertir algunos de los efectos del envejecimiento cerebral. O al menos así lo parece en el caso de unos ratones sobre los cuales han experimentado unos científicos de la Universidad de Bonn en Alemania y la Universidad Hebrea de Jerusalén en Israel.
Como cualquier otro órgano, nuestro cerebro envejece. Como resultado de ello, la capacidad cognitiva también disminuye con el paso de los años. Esto puede apreciarse, por ejemplo, cuando cada vez es más difícil aprender nuevas cosas o dedicar atención a varias al mismo tiempo. Este proceso es normal, pero también puede propiciar el conjunto de déficits intelectuales que comúnmente se agrupan bajo las etiquetas de las demencias seniles. La comunidad científica ha estado buscando desde hace mucho tiempo formas de enlentecer o incluso revertir este proceso.
De manera natural, los ratones tienen una esperanza de vida corta, y por ello muestran déficits cognitivos pronunciados tan pronto en términos humanos como a los 12 meses de edad. El equipo de Andreas Zimmer (Universidad de Bonn) administró una pequeña cantidad de THC, el ingrediente activo en la planta del cáñamo (cannabis), a ratones con 2, 12 y 18 meses, a lo largo de un periodo de cuatro meses.
Los autores del estudio probaron después la capacidad de aprendizaje y el rendimiento de la memoria en los animales, incluyendo, por ejemplo, las habilidades de orientación y reconocimiento de otros ratones. Los ratones que solo recibieron un placebo mostraron las pérdidas naturales de memoria y de aprendizaje propias de su edad. En cambio, las funciones cognitivas de los animales tratados con cannabis eran tan buenas como las típicas de sus congéneres con 2 meses de edad. Aparentemente, el tratamiento revertió por completo la pérdida de rendimiento mental en los animales viejos.
Ahora habrá que investigar más a fondo lo ocurrido, intentar obtener los mismos resultados en nuevos experimentos, y determinar la naturaleza del fenómeno, su verdadero alcance y si podría diseñarse algún tratamiento sin efectos secundarios graves capaz de combatir con éxito en humanos los citados efectos del envejecimiento cerebral.
Fuente: Noticias de la Ciencia