En una prueba clínica “sin precedentes”, investigadores de Estados Unidos lograron revertir con éxito los efectos debilitantes de largo plazo en algunos pacientes con apoplejía mediante la inyección de células madre directamente en el cerebro.
“No fue que sólo ‘no pudieran mover su pulgar y ahora puedan hacerlo'”, indicó en una declaración Gary Steinberg, profesor y director de neurocirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
“Los pacientes que están en silla de ruedas ahora podrán caminar”, dijo Steinberg, quien dirigió el estudio en 18 pacientes y realizó 12 de los procedimientos.
El pequeño estudio, publicado esta semana en la revista estadounidense Stroke, fue diseñado principalmente para probar la seguridad del procedimiento, pero los resultados prometedores prepararon el escenario para una prueba ampliada que ya se emprendió.
La terapia involucra perforar un pequeño agujero en el cráneo de los pacientes para permitir la inyección de células madre en varios lugares de la periferia del área dañada por la apoplejía, el cual varía de paciente a paciente.
Las células madre “SB623” se derivan de la médula ósea de donadores adultos y fueron modificadas para mejorar la capacidad de las células para restaurar las funciones neurológicas.
Los pacientes, cuya edad promedio es de 61 años, se mantienen conscientes durante el procedimiento y sólo se les aplica anestesia local, y al día siguiente regresan a casa.
Todos los pacientes sufrieron su primera y única apoplejía entre seis meses y tres años antes de recibir las inyecciones.
Los resultados mostraron que todos los pacientes registraron una recuperación significativa en varios indicadores en un plazo de un mes y siguieron mejorando varios meses después, además de conservar estas mejoras de seis a 12 meses después de la cirugía.
No se registró ninguna anomalía sanguínea. Algunos pacientes experimentaron náuseas y vómito pasajeros y 78 por ciento sufrieron dolores de cabeza temporales relacionados con procedimientos del trasplante.
“Los pacientes mejoraron en varios indicadores estándares y su mejora no sólo fue estadísticamente importante, sino clínicamente significativa”, dijo Steinberg.
De forma interesante, el estudio mostró que las células madre implantadas empezaron a desaparecer un mes después del procedimiento y que ya se habían ido por completo dos meses después.
Esto significa que después de la operación, algo secretado por estás células cerca del área afectada por la apoplejía estimula una regeneración o reactivación duraderas del tejido nervioso cercano.
El estudio también reveló que la mejora postoperación de los pacientes con apoplejía fue independiente su edad o la severidad de su condición al inicio de la prueba.
Los investigadores también pidieron una nueva forma de pensar en relación con la permanencia del daño cerebral.
Alrededor de 800 mil personas sufren apoplejías todos los años tan sólo en Estados Unidos y el 85 por ciento de estas apoplejías son de naturaleza isquémica.
Aunque ya existen terapias aprobadas para la apoplejía isquémica, para ser eficaces deben ser aplicadas unas horas después del evento, un marco temporal que a menudo es superado por el tiempo que le toma a un paciente con apoplejía llegar a un centro de tratamiento.