La idea de usar pequeñas células solares, colocadas bajo la piel, para recargar dispositivos médicos electrónicos implantados en el organismo es viable, según revelan los cálculos matemáticos de un equipo de investigadores del Hospital Universitario de Berna y la Universidad de Berna, en Suiza.
Más concretamente, una célula solar de 3.6 centímetros cuadrados colocada bajo la piel es todo lo que se necesitaría para generar suficiente energía durante el invierno y el verano para alimentar un marcapasos típico. Este estudio es el primero en proporcionar datos reales sobre el potencial del uso de tales dispositivos para alimentar marcapasos y estimuladores cerebrales profundos.
Según el autor principal de la investigación, Lukas Bereuter, el uso de estas células instaladas bajo la piel algún día podría ahorrar a los pacientes la molestia de tener que someterse continuamente a procedimientos para cambiar las baterías de dichos dispositivos.
Pruebas realizadas
Actualmente, la mayoría de los implantes electrónicos son alimentados por baterías que, cuando se agotan, deben ser recargadas o cambiadas. En la mayoría de los casos, esto supone que los pacientes tengan que someterse a procedimientos de reemplazo de implantes, que no son sólo costosos y estresantes, sino que además entrañan el riesgo complicaciones médicas.
Recientemente, varios grupos de investigación han presentado prototipos de pequeñas células electrónicas que pueden ser colocadas bajo la piel y pueden utilizarse para recargar dispositivos médicos. Estas células solares convertirían la luz del sol que penetra a través de la piel en energía.
Bereuter y sus colaboradores comprobaron la efectividad de dichas células con diez dispositivos cubiertos con filtros ópticos, que simulaban la piel filtrando la luz del sol. Fueron llevados en los brazos por 32 voluntarios suizos durante una semana de verano, de otoño y de invierno.
Se constató así que, independientemente de la estación, las células solares minúsculas presentes en los dispositivos generaron mucho más de los 5 a 10 microvatios de energía que un marcapasos cardiaco típico precisa.
Enero 2017
Fuente:Galarscience