Un grupo de científicos ha descubierto señales cerebrales que revelan cuánto dolor experimenta una persona lo que abre muchas posibilidades para estudiar tratamientos para los que sufren dolor crónico debilitante. Una «epidemia silenciosa» de dolor crónico afecta a casi 28 millones de adultos solo en el Reino Unido, el lugar en el que se ha realizado el estudio, lo que significa que casi el 44% de la población ha experimentado dolor durante al menos tres meses a pesar de la medicación o el tratamiento. Las causas son diversas, desde artritis, cáncer y problemas de espalda hasta diabetes, accidente cerebrovascular y endometriosis.
Es la primera vez que los investigadores han descifrado la actividad cerebral subyacente al dolor crónico en pacientes, lo que genera esperanzas de que las terapias de estimulación cerebral que ya se utilizan para el Parkinson y la depresión mayor puedan ayudar a aquellos que se han quedado sin otras opciones
Los expertos señalan que no hay una consideración completa de este problema en los servicios de salud y el tratamiento con opioides potentes, que ha aumentado exponencialmente en los últimos años, no obtiene buenos resultados para esta dolencia.
En este estudio, publicado en Nature Neuroscience, han implantado quirúrgicamente electrodos en cuatro pacientes con dolor crónico intratable después de un accidente cerebrovascular o la pérdida de una extremidad. Los dispositivos permitieron a los pacientes registrar la actividad en dos regiones del cerebro, la corteza cingulada anterior y la corteza orbitofrontal, al presionar un botón en un control remoto.
Varias veces al día, se les pidió a los voluntarios que completaran breves encuestas sobre la intensidad y el tipo de dolor que estaban experimentando, y luego registraran instantáneas de su actividad cerebral. Con las respuestas de las encuestas y los registros cerebrales, los científicos descubrieron que podían entrenar a un algoritmo para predecir el dolor de una persona basándose en las señales eléctricas en su corteza orbitofrontal. El mismo equipo subraya que en sus investigaciones han observado que el dolor es diferente cuando es crónico que por ejemplo cuando sufrimos un traumatismo puntual, lo que explicaría por qué los analgésicos son mucho más efectivos para los segundos que para los primeros.
Fuente: ondacero.es